¿Es constitucional que haya monumentos o testimonios en suelo público dedicados a los Diez Mandamientos? El Tribunal Supremo escuchó el miércoles argumentos a favor y en contra de la exhibición de monumentos en Tejas y Kentucky relacionados con los Diez Mandamientos. Los casos son distintos: en los jardines del Capitolio de Austin, capital de Tejas, hay una representación de los Diez Mandamientos junto a otras 16 esculturas, ninguna de ellas inspiradas en motivos religiosos; un tribunal ha denegado la petición de eliminar el monumento. En Kentucky, dos juzgados instalaron reproducciones de los diez preceptos; un tribunal lo prohibió, y ahora los juzgados tratan de esquivar el fallo añadiendo documentos históricos no religiosos. Los jueces no sólo escucharon a los que quieren que se eliminen los símbolos -porque entienden que su exhibición equivale a la imposición del monoteísmo y viola la Primera Enmienda- y a los que luchan para mantenerlos -porque defienden que se trata del reflejo del papel de la cultura judeo-cristiana en la fundación de EE UU- sino que expusieron sus puntos de vista. En 1980, el Supremo prohibió la exhibición del Decálogo en las escuelas de Kentucky y, por extensión, en las de todo el país.Aun algunos escépticos religiosos no entienden tanta molestia por la presencia de los monumentos aludidos.Las tablas de la ley, simboliza una separación entre el pasado y el futuro, por que dieron el marco mínimo al que se debían ajustar las conductas humanas. No solo es un un símbolo religioso sino humano, al igual que el famoso fallo del Rey Salomón cuando ofrecía partir en dos a la criatura para saber quien era la madre, a quien finalmente se lo entregó. Una vez más volvemos al mismo equívoco de siempre: si supuestamente los estados deben ser laicos, las sociedades no tienen por qué serlo. Los primeros son estructuras políticas, las segundas son conjuntos de personas. Las restricciones a las manifestaciones religiosas, ya que éstas son derechos reconocidos por los estados civilizados -lo que excluye a los árabes- deben limitarse a los derechos inviolables de la persona individual, que puede ejercelos o vivirlos en el espacio público, y el Estado debe garantizarlo, no reprimirlo.El conservador Antonin Scalia dijo que los Diez Mandamientos son «un símbolo de que la autoridad para gobernar procede de Dios». «Pero ése es un mensaje profundamente religioso», objetó Edwin Chemerinsky, que representa al querellante. «Sí, es un mensaje profundamente religioso, pero compartido por una amplia mayoría de la gente y yo creo que la minoría debería ser respetuosa de la opinión de la mayoría», contestó Scalia, argumentando desde un planteamiento democrático. Para un par de magistrados progresistas -David Souter y Ruth Ginsburg- «el mensaje de Tejas es que hay monumentos, incluidos algunos religiosos, dignos de veneración».

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