Reglas Discernimiento Segunda Semana

 

REGLAS PARA EL MISMO EFECTO CON MAYOR DISCRECION DE ESPIRITUS, Y CONDUCEN MAS PARA LA SEGUNDA SEMANA. DE LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES DE SAN IGNACIO DE LOYOLA

 

[329] La primera. Propio es de Dios y de sus ángeles, en sus mociones, dar verdadera alegría y gozo espiritual, quitando toda tristeza y turbación que el enemigo induce; del cual es propio militar contra la tal alegría y consolación espiritual, trayendo razones aparentes, sutilezas y asiduas falacias.

[330] La segunda. Sólo es de Dios nuestro Seńor dar consolación a la ánima sin causa precedente; porque es propio del Criador entrar, salir, hacer moción en ella, trayéndola toda en amor de la su divina majestad. Digo sin causa, sin ningún previo sentimiento o conocimiento de algún objeto por el cual venga la tal consolación mediante sus actos de entendimiento y voluntad.

[331] La tercera. Con causa puede consolar al ánima así el buen ángel como el malo, por contrarios fines: el buen ángel por provecho del ánima, para que crezca y suba de bien en mejor; y el mal ángel para el contrario, y adelante para traerla a su dańada intención y malicia.

[332] La cuarta. Propio es del ángel malo, que se forma sub angelo lucis, entrar con la ánima devota y salir consigo, es a saber, traer pensamientos buenos y santos conforme a la tal ánima justa, y después poco a poco procura de salirse, trayendo a la ánima a sus engaños cubiertos y perversas intenciones.

[333] La quinta. Debemos mucho advertir el discurso de los pensamientos; y si el principio, medio y fin es todo bueno, inclinado a todo bien, seńal es de buen ángel; mas si en el discurso de los pensamientos que trae, acaba en alguna cosa mala, o distractiva, o menos buena que la que el ánima antes tenía propuesta de hacer, o la enflaquece o inquieta o conturba a la ánima quitándola su paz, tranquilidad y quietud que antes tenía, clara seńal es proceder de mal espíritu, enemigo de nuestro provecho y salud eterna.

[334] La sexta. Cuando el enemigo de natura humana fuere sentido y conocido de su cola serpentina y mal fin a que induce, aprovecha a la persona que fue de el tentada mirar luego en el discurso de los buenos pensamientos que le trajo y el principio de ellos, y cómo poco a poco procuró hacerla descender de la suavidad y gozo espiritual en que estaba, hasta traerla a su intención depravada; para que con la tal experiencia, conocida y notada, se guarde para adelante de sus acostumbrados engaños.

[335] La séptima. En los que proceden de bien en mejor, el buen ángel toca a la tal ánima dulce, leve y suavemente, como gota de agua que entra en una esponja; y el malo toca agudamente y con sonido y inquietud, como cuando la gota de agua cae sobre la piedra; y a los que proceden de mal en peor tocan los sobredichos espíritus contrario modo. Cuya causa es la disposición del ánima ser a los dichos ángeles contraria o similar, porque, cuando es contraria, entran con estrépito y con sentidos, perceptiblemente; y cuando es similar, entra con silencio, como en propia casa a puerta abierta.

[336] La octava. Cuando la consolación es sin causa, dado que en ella no haya engaño, por ser de solo Dios nuestro Seńor, como está dicho [330], pero la persona espiritual, a quien Dios da la tal consolación, debe con mucha vigilancia y atención mirar y discernir el propio tiempo de la tal actual consolación del siguiente, en que la ánima queda caliente y favorecida con el favor y reliquias de la consolación pasada; porque muchas veces en este segundo tiempo, por su propio discurso de hábitos y consecuencias de los conceptos y juicios, o por el buen espíritu, o por el malo, forma diversos propósitos y pareceres que no son dados inmediatamente de Dios nuestro Seńor; y, por tanto, han menester ser mucho bien examinados, antes que se les dé entero crédito ni que se pongan en efecto.

 

 

Textos:

1)· Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola (PDF)

2)· Manual del Ejercitante (PDF)

 

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