Las dos Banderas 

 

Con la meditación de las Dos Banderas Ignacio nos introduce en la elección de estado de vida.

“Comenzaremos, a la vez que vamos contemplando la Vida del Señor, a investigar y a preguntar en qué vida o estado de nosotros se quiere servir su divina majestad; y así para introducirnos un poco en esto, en el primer ejercicio siguiente (Dos Banderas ‘de enganche’ o Dos programas operativos antagónicos con sus tácticas y estrategias’) veremos la intención de Cristo nuestro Señor y, por el contrario, la (dañada intención) del enemigo de la naturaleza humana; y cómo nos debemos disponer para llegar a la perfección en cualquier estado o vida que Dios nuestro Señor nos diere para elegir” (EE 135).

 

Mandamientos y consejos

 

Debemos saber que, en los Ejercicios, ‘estado de vida’ tiene un significado evangélico. Para Ignacio solo existen “dos estados de vida”. Un estado de vida es la vida según los mandamientos. El otro es una vida según los consejos evangélicos.

El objetivo de hacer Ejercicios de San Ignacio “no son los mandamientos de la ley de Dios que obligan bajo pena de pecado –grave o leve, según la materia, la advertencia y la libertad que uno tenga-, sino los consejos evangélicos, que obligan, como decía el Padre Nadal, compañero de Ignacio, que no obligan bajo pena de pecado sino bajo pena de imperfección, porque la materia de un “consejo” es la perfección. Para conocer los mandamientos basta la conciencia que nos dice “lo que está bien y lo que está mal” y en lo dudoso nos lleva a consultar. Para conocer los consejos que Jesús da, a unos unos y a otros otros, cada uno debe plantearse el tema personalmente y hacer “discernimiento de espíritus”. Porque no son obligatorios sino libres y hacen a cosas buenas que Dios puede invitar a que uno haga en mayor o menor grado. Como dice Juan Pablo II en “El don de la redención”: en el evangelio hay muchas invitaciones que “sobrepasan la medida del mandamiento indicando no sólo lo que es necesario para ‘tener en herencia la vida eterna’ (Mc 10, 7) sino lo que es ‘mejor’. Así por ejemplo las invitaciones a: no juzgar (Mt 7, 1), ‘prestar sin pretender contraprestación’ (Lc 6, 35), ‘satisfacer a todas las peticiones y deseos del prójimo’ (Mt 5, 40), ‘invitar al banquete a los pobres’ (Lc 14, 13-14),‘perdonar una y otra vez, siempre’ (Mt 6, 14-15), saludar al que no te saluda, hacer oración, limosna y penitencia en secreto, aguantar paciente y mansamente críticas, quejas, insultos, mantener la paz cuando no somos recibidos ni escuchados…).

 

 

Textos:

1)· Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola (PDF)

2)· Manual del Ejercitante (PDF)

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