El Comité Pontificio para las Ciencias Históricas organizó el  21 de febrero del 2022 una mesa redonda sobre el cardenal Tisserant


Se cumplen 52 años de la muerte del Cardenal Eugène Tisserant, conocido, entre otras muchas cosas, por salvar la vida de judíos de la persecución nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
Con el fin de profundizar en la intensa actividad intelectual, pastoral y diplomática de este cardenal francés.
El esfuerzo de la Iglesia para ocultar a disidentes y judíos perseguidos

“Había demasiados judíos escondidos en los conventos de Roma”, dice la persona por la cual declaran “justo entre las naciones” al cardenal Tisserant

El título reconoce a quienes arriesgaron sus propias vidas para salvar a judíos durante la Segunda Guerra Mundial.

“Justo entre las naciones” es el título que recibirán dos católicos por parte de la comunidad judía del mundialmente conocido Yad Vashem Memorial de Jerusalén.


El título reconoce a quienes arriesgaron sus propias vidas para salvar a judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Y es este el reconocimiento que han recibido tres franceses (François de Vial, André Bouquin Eugène Tisserant), de los cuales dos son eclesiásticos católicos.

Se trata del diplomático François de Vial, el rector de Saint-Louis-des-Français, Mons. André Bouquin fue rector de la iglesia romana de San Luis de los franceses mientras que Eugène Tisserant fue cardenal de la Iglesia católica. Ambos ayudaron a Miron Lerner cuando a sus 17 años, huérfano y con una hermana en Auschwitz, está desamparado y en riesgo de ser enviado por los nazis a los campos de concentración. Acude al Card. Tisserant, por entonces prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, quien lo oculta primero dentro del Vativano y luego, gracias a la ayuda de Mons. Bouquin, en la iglesia nacional de los franceses en Roma. “Lo que puedo decirles que había bastantes judíos escondidos en los conventos de Roma, así como en San Luis de los franceses”, escribió Miron en 1998 en el diario Liberation.

El cardenal Tisserant era políglota y estudioso de la Sagrada Escritura cuando fue llamado por el Papa Pío XI para que colaborara con él en el Vaticano: primero en la Biblioteca Apostólica Vaticana y después como prefecto del dicasterio para las iglesias católicas de ritos orientales. Fue creado cardenal en 1936.

En una reciente entrevista de News.va al biógrafo del cardenal Tisserant, Étienne Fouilloux, éste hace constar de la amplia evidencia acerca de lo que el cardenal hizo para salvar judíos: “El cardenal Tisserant ayudó a varias personas ocultándolas, empleándolas en la Biblioteca del Vaticano en la década de 1930, cuando fueron privados de sus cargos por el estado fascista, o facilitándoles la obtención de visas a los Estados Unidos”, refiere el historiador y biógrafo.

Fouilloux califica las relaciones del cardenal con el mundo judío como de “muy profundas”: “desde un principio quiso aprender hebreo, lo que no estaba previsto en el curso habitual de los seminaristas. Con varios de sus colegas comenzó a aprender hebreo, a buscar libros en este idioma, incluidas obras publicadas en Varsovia por círculos judíos. Hay una impregnación muy profunda, un deseo de afirmar que el cristianismo viene del vientre judío; y esto, desde los años 20. Es alguien para quien la Biblia, los estudios bíblicos y la exégesis son fundamentales”.

Finalmente, el biógrafo del cardenal Tisserant recuerda que éste fue uno de los involucrados en la declaración conciliar Nostra Aetate: “Se puede decir, sin embargo, que se anticipó a Nostra Aetate, durante el pontificado de Pío XII, cuando apoyó a todos los cristianos involucrados en las relaciones con el judaísmo. (…) Tisserant también apoyó la posibilidad de una liturgia católica de rito hebreo. En cierto modo, sí, anticipó lo que decía la Declaración de 1965, en la medida en que quería que la Iglesia católica tuviera en cuenta el mundo judío y estableciera una relación de ascendencia con él”.

Pese a las campañas de los promotores de las Leyendas Negras que tratan de afirmar que el Vaticano, y Pío XII en particular,  no hicieron nada para salvar a los judíos de la persecución y exterminio nazi, las   evidencias  muestran otra realidad. Son conocidas las redes de la Iglesia para ocultar a disidentes y perseguidos, y el apoyo que brindó el mismo Papa a estas actuaciones.

Ahora llega otro importante reconocimiento a una de las figuras más relevantes de la Iglesia y de la Curia Romana en el siglo XX. Israel ha declarado “justo entre las naciones”, la más alta consideración a una persona no judía, al cardenal francés Eugène Tisserant, junto al sacerdote André Boquin, rector de la iglesia romana de San Luis de los Franceses, y el diplomático François de Vial.


El cardenal Tisserant era uno de los hombres fuertes de la curia romana en plena Segunda Guerra Mundial y lo fue aún más posteriormente, incluido en el Concilio Vaticano II. A lo largo de su trayectoria fue lo que hoy sería el cargo de prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, presidente de la Comisión Pontificia Bíblica, prefecto de la Congregación de Ceremonias, Bibliotecario y Archivero de la Santa Iglesia Romana, además de gran maestre de la Orden Santo Sepulcro de Jerusalén. Algunos de estos cargos los fue compatibilizando a lo largo de su vida.

Pero además este purpurado francés será siempre conocido por haber sido el decano del Colegio Cardenalicio, y por tanto, el que presidiera los cónclaves de 1958, en el que se eligió Papa a San Juan XXIII, y el de 1963, del que salió Papa San Pablo VI.

Protagonismo fundamental tuvo también el cardenal Tisserant en el Concilio Vaticano II, donde formó parte de la presidencia y cuya firma aparece justo a continuación de la de la Papa en los documentos conciliares.

Este es el perfil a la que se ha reconocido por su labor de auxilio del pueblo judío. Es imposible separar su alto perfil en el Vaticano de su persona, lo cual desmonta una vez más las críticas vertidas hacia la Santa Sede en esta cuestión.

El 21 de octubre se dio a conocer este galardón de “Justo entre las naciones” a estas tres personalidades, y en una fecha aún por determinar se celebrará una ceremonia donde se les otorgará este reconocimiento a título póstumo. Son en total 28.000 personas de más de 50 países las que ya lo han recibido y se encuentran en el Yad Vashem de Jerusalén.


Fuente: Zenit-Rel