Durante la Misa por la Virgen de Guadalupe, Francisco ha condenado a «las ideologías» que la usan para «ganar dinero»


Rodrigo Moreno Quicios, Alfa y Omega

12 de Diciembre de 2023

En la tarde del 12 de diciembre, el Papa Francisco ha presidido una Misa en la basílica de San Pedro por la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe. Esta advocación mariana ha ganado un peso especial en el Vaticano durante el pontificado de Francisco y cada año se recuerda con especial solemnidad en una celebración que reúne a peregrinos de todos los rincones de América.

Durante la celebración se han pronunciado cánticos y lecturas en español, inglés y portugués, los idiomas más difundidos en el continente americano. En su homilía, especialmente breve debido a los problemas de respiración que arrastra, el Papa se ha alejado bastante del texto en origen distribuido por la Oficina de Prensa de la Santa Sede. Ha centrado su sermón en tres elementos vinculados a esta advocación: «Lo primero que nos viene a la mente es la imagen de la Virgen impresa en la tilma». Este elemento, la tilma, es «el humilde vestido campesino» que llevaba el indígena san Juan Diego cuando se le apareció María y en el que se estampó su figura. «Es la imagen de la primera discípula, de la Madre de los creyentes, de la misma Iglesia, que queda impresa en la humildad de aquello que somos y tenemos; que no vale mucho, pero que será algo grande a los ojos de Dios», ha recordado el Pontífice.

El segundo elemento que ha ilustrado la predicación del Papa han sido las flores que la Virgen encargó recoger a san Juan Diego. «Las flores en la mística significan las virtudes que el Señor infunden en el corazón, no son obra nuestra», ha explicado Francisco. A su juicio, «el acto de recogerlas nos revela que Dios quiere que acojamos ese don, que perfumemos nuestra débil realidad con obras de bien, eliminando odios y temores». Francisco ha recalcado las palabras de la Virgen en este episodio milagroso: «¿No estoy yo aquí, que soy tu madre?». Y ha señalado que significan el continuo «quedarse permanentemente impresa en esa pobre ropa, perfumada por unas virtudes recogidas en un mundo que parece incapaz de producirlas».

Casi al final de su sermón, el Papa ha recapitulado de nuevo esos tres elementos clave: «La imagen, la tilma y las rosas». «Este es el mensaje, así de sencillo, sin glosa, junto a la seguridad de que ella es mi Madre, que está aquí», ha comentado. Además, al igual que ya hizo el año pasado, ha denunciado la utilización que algunos movimientos hacen en Latinoamérica de la imagen de la Morenita. «Este mensaje nos defiende de tantas ideologías sociales y políticas con las que, con trata frecuencia, se usa a esta realidad guadalupana para fundamentarse, justificarse y ganar dinero», ha criticado. «El mensaje guadalupano no tolera ideologías de ningún género: solo la imagen, la tilma y las rosas», ha concluido.