Jerusalen.- Arqueólogos, que trabajaban en una zona conocida actualmente como Kfar Kana, en la baja Galilea, han descubierto estructuras de un asentamiento israelita que existió durante más de 700 años. Se trata de Caná, lugar en el que Jesús realizó su primer milagro al convertir el agua en vino. El hallazgo incluye restos de un más de un metro y medio de altura que datan de las épocas helenísticas, romana y bizantinas en Tierra Santa. Piedras talladas, utensilios caseros y un baño ritual judío o mikvé forman parte de los restos desenterrados, que estaban a una profundidad de hasta dos metros.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *