Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha.

Evangelio Diario y Meditación

+Santo Evangelio

Evangelio según San Lucas 10,1-9. 

El Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir. 

Y les dijo: «La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha. 

¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos. 

No lleven dinero, ni alforja, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino. 

Al entrar en una casa, digan primero: ‘¡Que descienda la paz sobre esta casa!’. 

Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes. 

Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa. 

En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan; 

curen a sus enfermos y digan a la gente: ‘El Reino de Dios está cerca de ustedes’.» 

+Meditación

(Iluminando el sentido de las Escrituras con los Santos, los Padres de la Iglesia  y el Magisterio)

San Gregorio 

Hom. 17, in Evang

Los mandó así, porque dos son los preceptos de la caridad: el amor de Dios y el del prójimo; y entre menos de dos no puede haber caridad. Esto nos indica que, quien no tiene caridad con sus hermanos, no debe tomar el cargo de predicador.

Se añade muy oportunamente: «Delante de El, a toda ciudad y lugar, a donde El había de venir». El Señor sigue a sus predicadores. La predicación prepara y entonces el Señor viene a vivir en nuestra alma, cuando preceden las palabras de la exhortación y la verdad se recibe así en la mente. Por esto dice Isaías a los predicadores ( Is 40,3): «Preparad los caminos del Señor, enderezad las sendas que a El conducen”.

Pero no sin tristeza podemos decir lo que sigue: «Los trabajadores son pocos». Porque, aun cuando hay muchos que oyen, hay muy pocos que predican. El mundo está lleno de sacerdotes, pero en la siega del Señor son pocos los que se ocupan, pues aceptamos el cargo sacerdotal pero no cumplimos los deberes de este cargo.

Por esto debe invitarse a los súbditos a que rueguen por sus pastores para que trabajen dignamente y su lengua no cese de exhortar. Muchas veces la lengua de los predicadores se restringe por su indignidad; pero otra gran culpa de los súbditos es que se retire la palabra de la predicación a quienes los gobiernan.

+Comunión Espiritual

De Santa Margarita María Alacoque:  “Padre eterno, permitid  que os  ofrezca el Corazón de Jesucristo,  vuestro  Hijo muy  amado, como se ofrece Él mismo, a Vos  en sacrificio. Recibid  esta ofrenda por mí, así como por todos los deseos, sentimientos, afectos  y actos de este Sagrado Corazón. Todos son  míos, pues Él se inmola por mí,  y yo no quiero tener en adelante otros deseos que los suyos. Recibidlos para concederme por  sus méritos todas las gracias que me son necesarias, sobre todo la gracia de la perseverancia  final. Recibidlos como otros tantos actos de amor, de adoración y alabanza que ofrezco a vuestra  Divina Majestad, pues por el Corazón de Jesús sois dignamente honrado y glorificado.” Amén.


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *