El tomó al ciego de la mano y lo condujo a las afueras del pueblo

Evangelio Diario y Meditación

+Santo Evangelio

Evangelio según San Marcos 8,22-26. 

Cuando llegaron a Betsaida, le trajeron a un ciego y le rogaban que lo tocara. 

El tomó al ciego de la mano y lo condujo a las afueras del pueblo. Después de ponerle saliva en los ojos e imponerle las manos, Jesús le preguntó: «¿Ves algo?». 

El ciego, que comenzaba a ver, le respondió: «Veo hombres, como si fueran árboles que caminan». 

Jesús le puso nuevamente las manos sobre los ojos, y el hombre recuperó la vista. Así quedó curado y veía todo con claridad. 

Jesús lo mandó a su casa, diciéndole: «Ni siquiera entres en el pueblo». 

+Meditación

(Iluminando el sentido de las Escrituras con los Santos, los Padres de la Iglesia  y el Magisterio)

San Jerónimo, 

Super Et aspisciens ait

O bien: ve a los hombres como árboles, porque los considera superiores a él. Puso de nuevo las manos sobre sus ojos, para que lo viera todo con claridad. Esto es, lo invisible por lo visible, y para que con la vista de su corazón purificado contemplara el estado claro de su ser después de las sombras oscuras del pecado. Lo mandó a su casa, es decir, a su corazón, para que viera en sí lo que no vio antes, porque el hombre que desespera de su salud, piensa que no podrá llevar a cabo de ningún modo lo que una vez iluminado le parece fácil.

San Teófilo de Antioquia

Primer discurso a Autólico, 2,7: PG 6, 1026-1027

“Dichosos los limpios de corazón porque ellos verán a Dios”

      El San alma del hombre tiene que ser pura, como un espejo brillante. Cuando en el espejo se produce el orín, no se puede ver el rostro de una persona. De la misma manera, cuando el pecado está en el hombre, el hombre ya no puede contemplar a Dios… 

      Pero puedes sanar, si quieres. Ponte en manos del médico, y él punzará los ojos de tu alma y de tu corazón. ¿Qué médico es éste? Dios que sana y vivifica mediante su palabra y su Sabiduría. Pues por medio de la Palabra y de la sabiduría se hizo todo. “La Palabra del Señor hizo el cielo, el aliento de su boca, sus ejércitos” (Sl 32,6). Su sabiduría está por encima de todo: “Dios, con su sabiduría puso el fundamento de la tierra, con su inteligencia preparó los cielos. “ (Pr 3,19)… 

      Si entiendes todo esto y vives pura, santa y justamente, podrás ver a Dios; pero la fe y el temor de Dios han de tener absoluta preferencia en tu corazón, y entonces entenderás todo esto. Cuando te despojes de lo mortal y te revistas de inmortalidad, entonces verás a Dios de manera digna. Dios hará que tu carne sea inmortal junto con el alma, y entonces, convertido en inmortal, verás al que es inmortal, con tal de que ahora creas en él.

+Comunión Espiritual

De Santa Margarita María Alacoque:  “Padre eterno, permitid  que os  ofrezca el Corazón de Jesucristo,  vuestro  Hijo muy  amado, como se ofrece Él mismo, a Vos  en sacrificio. Recibid  esta ofrenda por mí, así como por todos los deseos, sentimientos, afectos  y actos de este Sagrado Corazón. Todos son  míos, pues Él se inmola por mí,  y yo no quiero tener en adelante otros deseos que los suyos. Recibidlos para concederme por  sus méritos todas las gracias que me son necesarias, sobre todo la gracia de la perseverancia  final. Recibidlos como otros tantos actos de amor, de adoración y alabanza que ofrezco a vuestra  Divina Majestad, pues por el Corazón de Jesús sois dignamente honrado y glorificado.” Amén.

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