«Gracias a Dios por haberlo donado a la Iglesia y al mundo»

 


Dijo el Papa Francisco sobre Benedicto XVI: 

 «Gracias a Dios por haberlo donado a la Iglesia y al mundo»


 

«Con emoción recordamos esta persona tan noble, tan amable. Sentimos en el corazón mucha gratitud: gratitud a Dios por haberlo donado a la Iglesia y al mundo; gratitud hacia él, por todo el bien que realizó, y especialmente por su testimonio de fe y oración, especialmente en estos últimos años de su vida retirado», ha dicho el sábado 31 de Diciembre (2022), el Papa Francisco.

«Sólo Dios conoce el valor y la fuerza de su intercesión, de sus sacrificios ofrecidos por el bien de la Iglesia», ha explicado evocando la fecundidad también de los casi diez últimos años que Benedicto XVI ha pasado retirado prácticamente en silencio en un ex monasterio de los Jardines Vaticanos.

Tres legados, entre tantos, que nos dejó Benedicto XVI:

1) La elegancia de la humildad: nos ha dejado un evidente testimonio de lo que significa presidir y regir. “Sólo preside quien sirve”, decía San Agustín. Y Benedicto XVI con este gesto y decisión ha dado pruebas evidentes de que ha sido un buen servidor y ha entendido la lección de Jesús a sus Apóstoles en la última Cena. Nos ha recordado que el que tiene autoridad, cargos y poder sólo puede ejercerlos dignamente si es humilde y busca el beneficio de los demás. Un buen ejemplo de elegancia, de altura moral, de sencillez, de saber estar y ser.

2) Su sabiduría y doctrina: su enseñanza, encíclicas, catequesis, homilías y discursos han sido y seguirán siendo punto de referencia en la Iglesia. Hondura, profundidad y teología puestas al servicio de la sencillez y claridad. Todo ello será un gran faro y punto de referencia para la iglesia del s. XXI .

3) Su cariño y aprecio por los jóvenes: a pesar de su timidez y aparente lejanía y distancia, a pesar de su fama de teólogo enfrascado en sus asuntos, ha cautivado a los jóvenes: en Sidney-Australia, en Roma, en sus viajes y en la inolvidable JMJ 2012 de Madrid. Los días de agosto 2012 en Madrid, quedarán para siempre en nuestro corazón y en nuestra memoria. Cuatro Vientos y tantos momentos, serán recuerdos gozosos que nos seguirán animando a ser testigos alegres de nuestra fe.

 

 

¡Qué buen pastor Dios nos ha dado!

¡Gracias Benedicto XVI, porque nos has acercado más a Cristo, nos has hecho amar y leer más su palabra, nos has quitado el miedo a salir a la calle y decir a nuestros amigos no creyentes que nosotros somos cristianos y amamos a Cristo y a su Iglesia!

¡Gracias Benedicto XVI, porque nos has recordado la importancia de la formación cristiana, de la lectura del catecismo y la Biblia. 

Nos mostraste el poder del silencio y de la oración, la fortaleza de la humildad y la lealtad, la estrategia de la santidad, la pureza y la piedad, por sobre nos cálculos humanos, las privilegios y las presiones mundanas.

Nos iluminaste con el anhelo de conocer más al Señor en las Escrituras, la Tradición y el Magisterio, de amar más a su Madre, de refugiarse en la Eucaristía y el Rosario, de ceder al Espíritu Santo.

Benedicto XVI nos deja un magisterio claro y luminoso. Una catequesis sencilla y profunda. Un Evangelio estudiado y vivido. Un legado inmenso de caridad, doctrina, fe y santidad. Descansa en Dios, amado Padre.

Gracias, muchas gracias, por el testimonio de palabra y de obra.

Gracias por guiarnos en el camino, en momentos a veces tan difíciles.

Gracias por las palabras de Guía, de Padre y de Pastor.

Gracias por las encíclicas tan profundas y tan claras.

Gracias por estos años de entrega de su vida por todos nosotros.

Gracias por la fidelidad a Cristo, a María y a José.

Con todo nuestro amor…

Gracias, gracias, gracias.