El Papa Benedicto XVI dijo  que "educar a los jóvenes en la justicia y en la paz" es un deber que compete a cada generación. La primera misa de 2012 en la Basílica de San Pedro por Santa María Madre de Dios y al mismo tiempo con motivo de la 45ª Jornada Mundial de la Paz, la concelebró el Papa junto al secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone, y el presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz, Peter Turkson, entre otros cardenales.
Tocado con una mitra con la imagen de la Virgen cosida en oro, Benedicto XVI pidió a los representantes de los Gobiernos "la voluntad de renovar el compromiso de la paz en el mundo".
"Educar a los jóvenes en la justicia y en la paz -indicó- es un deber de cada generación y, gracias a Dios, la familia humana, tras la tragedia de las dos grandes guerras mundiales, ha mostrado siempre ser más consecuente, como atestiguan, de una parte, las declaraciones y las iniciativas internacionales y, de otra, el compromiso social de tantos jóvenes en los últimos decenios".
El Obispo de Roma hizo hincapié en la importancia de la comunidad eclesiástica a la hora de educar, "porque el Evangelio de Cristo es también el Evangelio de la Justicia y de la Paz".
Reconoció que, para la Iglesia, la educación "es un desafío" por dos razones: en primer lugar, porque en la época actual, "tan fuertemente marcada por una mentalidad tecnológica, el deseo de educar y no sólo de instruir no puede darse por sentado, sino que es una elección; y, en segundo lugar, porque la cultura del relativismo plantea una pregunta radical: ¿sigue teniendo sentido educar? Y luego cabe cuestionarse: ¿educar, para qué?".
Mirar con esperanza
Para el Papa, se debe educar a los jóvenes en el conocimiento de la verdad, de los valores fundamentales de la existencia en la virtud intelectual, teologal y moral, y ello "significa mirar al futuro con esperanza".
En este compromiso por una educación integral -aseveró- "entra también la formación de la justicia y de la paz". "Los chicos y las chicas de hoy crecen en un mundo que se ha convertido, por así decirlo, en más pequeño, donde los contactos entre las diferentes culturas y tradiciones, aunque no son siempre directos, son constantes".
Para ello, hoy, más que nunca, "es indispensable aprender el valor y el método de la convivencia pacífica, del respeto recíproco, del diálogo y de la comprensión".
Señaló el Papa que, a pesar de que los jóvenes están abiertos al respeto recíproco, "la realidad social en la que crecen puede llevarlos a pensar y a actuar en un modo opuesto, de manera intolerante y violenta".
El Obispo de Roma subrayó además que "sólo una sólida educación de su consciencia puede ponerlos al resguardo de estos riesgos y hacerlos capaces de luchar siempre contando con la fuerza de la verdad y del bien".
Paciencia y constancia
Benedicto XVI abordó la situación precaria que atraviesan los jóvenes, que tienen dificultades para encontrar un trabajo estable y formar una familia, así como para su incorporación al mundo de la política, de la cultura y de la economía, por lo que urgió a brindarles ayuda. "En el mensaje que he dirigido a los jefes de Estado, he querido llamar a la necesidad y a la urgencia de ofrecer a las nuevas generaciones los recorridos educativos adecuados para una formación íntegra de la persona, incluida la dimensión espiritual y moral", expuso. El Papa quiso subrayar, en particular, "la importancia de educar en los valores de la justicia y de la paz". Ante las dificultades que tienen los jóvenes, les dijo: "Les invito a todos a tener paciencia y constancia en la búsqueda de la justicia y de la paz, a cultivar el gusto por ella, que es el reto verdadero". "La paz no es jamás un bien alcanzado plenamente, sino una meta a la que todos debemos aspirar y por la cual todos debemos trabajar", concluyó. Sus palabras en castellano fueron: "En este primer día del año, la Iglesia contempla con fervor a María Santísima, Madre de Dios y madre nuestra, y a su Inmaculado Corazón encomienda confiada el deseo de que brote por todas partes la justicia y la paz, y cesen las guerras, las divisiones y las enemistades entre los hombres. ¡Feliz año nuevo!".

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