El sumo pontífice visitó primero el «Salón del Recuerdo», que honra a las seis millones de víctimas del Holocausto. La visita del papa Benedicto XVI a una sinagoga aquí es apenas la segunda de un papa y está cargada de significado en la tierra en la que el horror nazi produjo el Holocausto. El portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro Valls, dijo que la visita hecha hoy por Benedicto XVI a la sinagoga de Colonia fue un «evento histórico y de extraordinario alcance» y que aunque el viaje había sido decidido por Juan Pablo II, la idea de visitar el templo judío fue una decisión personal del actual Pontífice. «Hemos visto un Papa alemán que en su primer viaje a Alemania visita una sinagoga», recalcó Navarro Valls para señalar la importancia del gesto y comparándolo con las imágenes precedentes de Juan Pablo II en su visita a la sinagoga de Roma en 1986 y al Muro de las Lamentaciones en Jerusalén en 2000. «De estas imágenes se entiende que el diálogo no se ha cerrado», dijo. Navarro Valls destacó que fue el Papa en persona quien introdujo en el programa oficial –diseñado para el viaje de Juan Pablo II– de las Jornada Mundial de la Juventud la visita a la sinagoga. Sobre el almuerzo que Benedicto XVI mantuvo hoy con un grupo de jóvenes, Navarro explicó que estaban presentes dos jóvenes en representación de cada continente más dos alemanes, así como el responsable de la Pastoral juvenil de la Iglesia alemana. «Se ha realizado en medio de una atmósfera y un diálogo muy abierto. Los jóvenes han hecho muchas preguntas al Papa, que les contestaba según el idioma usado por los chicos», ha contado. Hablando de la JMJ, el portavoz del Papa afirmó que es «un evento bellísimo» y resaltó «que están representados incluso más países que en las Naciones Unidas». Por la mañana el Papa Benedicto XVI fue recibido por el presidente alemán, Horst Koehler, en Villa Hammerschmidt, la residencia presidencial en Bonn. El pontífice partió con un cortejo de automóviles desde el palacio del arzobispado de Colonia. Frente a la residencia presidencial, miles de fieles esperaron su arribo. El jefe de Estado alemán anunció su deseo de hablar con el Papa sobre los cambios políticos y sociales de la sociedad. «Como podemos mantener unida a la sociedad alemana y cuál puede ser la contribución de la Iglesia y del presidente», dijo Koehler a la televisión alemana.

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