EL ABORTO es sin duda el mayor genocidio de todos los tiempos: 50 millones de niños asesinados cada año en el mundo.

La realidad de la vida: desde que el óvulo y el espermatozoide se unen existe vida (la genética lo demuestra). Si matamos a los niños no nacidos que padecen alguna subnormalidad, a los que son producto de una violación y a los que suponen «una carga excesiva para sus madres» porque no matamos también a todos los niños nacidos que son pobres, a los discapacitados, a los negros, a los homosexuales, a los abortistas, a todo el que no sea ario, a los que nos caigan mal, etc. Esta es la dura mecánica del aborto: si justificamos el crimen, nos estamos poniendo al borde de lo que pasó en la Alemania nazi con el exterminio de los judíos y otras razas. La vida humana es un valor que está por encima de cualquier otra consideración ideológica.

GUERRAS Y ABORTO

Alguna gente piensa que sería mejor dedicar más tiempo a acabar con las guerras en lugar de ocuparse tanto del aborto Es evidente que una guerra no es ninguna noticia agradable, la gente muere, las bombas caen, los inocentes son asesinados tras la pantalla de «daños colaterales», etc. Pero, aúnque terrible, existen tragedias aún mucho mayores. De hecho, la mayoría de las guerras no son más que una pálida sombra del horror en comparación con la masacre que se produce TODOS LOS DIAS en esos mataderos públicos o clandestinos donde se asesina a MILLONES DE NIÑOS. Niños inocentes, totalmente indefensos, que no tienen ninguna culpa de la irresponsabilidad de sus padres. Niños que son salvajemente descuartizados, triturados y arrancados del vientre materno para ser luego incinerados o tirados al cubo de la basura, -(hago un inciso: en Suecia, por ley, los niños abortados tienen derecho a ser enterrados como personas normales, un caso único en el mundo).

Y este genocidio silencioso está sucediendo a la vuelta de la esquina, en esos hospitales tan pulcros y relucientes, que esconden tras la limpieza impoluta de sus quirófanos un salvajismo tan inaudito como indescriptible. Yo personalmente he tenido ocasión de ver niños abortados. Niños, personas humanas perfectamente reconocibles y no «fetos ni embriones, que es la forma de vida más abstracta que se pueda imaginar», como argumentan algunos defensores del abortismo. Niños de cuerpos formados, de cabezas grandes, y expresiones tristes que flotaban sin vida dentro de frascos de formol.

Por exponer algunos datos diré que el corazón de un feto ya palpita a los 18 días. A las 6 semanas ya presenta actividad bioeléctrica (neuronal). A las 9 ya puede sentir dolor. Y a los 6 meses incluso sueña. No tengo palabras para esta masacre.

La guerra es terrible, sin duda, pero el aborto es aún peor, un genocidio tan brutal, espantoso y salvaje que es imposible describirlo con palabras. Y lo peor es que la sociedad permanece ajena ante este genocidio. Nadie se inmuta, e incluso algunas empresas de cosméticos se animan a hacer negocios con ello. Por ejemplo, en Bélgica, algunas compañías pagan a las mujeres para que retrasen todo lo posible sus abortos, de forma que puedan obtener al final grandes y jugosos niños sangrientos con los que llenar esos frasquitos de crema hidratante que las mujeres utilizan para mantener sus rostros relucientes.

Nunca como en este caso sería mejor aplicable la famosa metáfora de Jesús que comparaba a ciertos pecadores con sepulcros blanqueados, muy relucientes por fuera, pero plagados con la podredumbre más repugnante y vomitiva en su interior.

Sepulcros blanqueados son estas abortistas que se embadurnan la cara con potingues procedentes de sus abortos, promocionando indirectamente a las empresas que asesinan niños. Sepulcros blanqueados, pero sólo durante esta corta vida. Al final, cuando todo lo escondido salga a la luz, se abrirán por fin los sepulcros, y la podredumbre que anida en su interior será juzgada, sentenciada y vertida al crematorio donde arden eternamente los perversos.

LA MORAL NATURAL

Recordamos la doctrina de la Iglesia. La ley positiva debe ser reflejo de la ley natural. Si no lo es, es una ley injusta. La ley injusta o inicua, no es ley; no obliga en conciencia, y existe el derecho y el deber de desobedecerla y ejercitar contra ella una resistencia no violenta, aún a costa de perder posiciones profesionales, sociales y/o económicas. El testimonio cristiano puede llegar a exigir el martirio de sangre. (cfr. entre otros Enc. Veritatis splendor y Evangelium vitae). todo lo anterior es aplicable a los defensores del aborto, de la guerra, del odio, del homosexualismo, del ateismo (o cualquier otra ideología atea como el comunismo, el nazismo o el liberalismo salvaje)

PROGRESISMO CRIMINAL

Miguel Delibes escribía en 1986 sobre los principios de este falso «progresismo!» que ha traicionado a la defensa de los más débiles y la no violencia:

«Y el caso es que el abortismo ha venido a incluírse en los postulados de la modernidad «progresista». En nuestro tiempo es casi inconcebible un progresista antiabortista. Para éstos, todo aquel que se opone al aborto libre es un retrógrado, posición que, como suele decirse, deja a mucha gente, socialmente avanzada, con el culo al aire. Antaño el progresismo respondía a un esquema muy simple: apoyar al débil, pacifismo y no violencia. Años después el progresista añadió a este credo la defensa de la naturaleza. Pero surgió el problema del aborto y, ante él, el progresismo vaciló. Para el progresista, el débil era el obrero, frente al patrono, el niño frente al adulto, el negro frente al blanco. Había que tomar partido por ellos. Para el progresista, eran recusables la guerra, la energía nuclear, la pena de muerte, cualquier forma de violencia. En consecuencia, había que oponerse a la carrera de armamentos, a la bomba atómica y al patíbulo. El ideario progresista estaba claro y resultaba bastante sugestivo seguirlo. La vida era lo primero, lo que procedía era procurar mejorar su calidad para os desheredados e indefensos. Había, pues, tarea por delante. Pero surgió el problema del aborto, el aborto en cadena, libre, y con él la polémica sobre si el feto era o no persona, y, ante él, el progresismo vaciló. El embrión era vida, sí, pero no persona, mientras que la presunta madre lo era ya y con capacidad de decisión. No se pensó que la vida del feto estaba más desprotegida que la del obrero o la del negro, quizá porque el embrión carecía de voz y voto, y políticamente era irrelevante. Entonces se empezó a ceder en unos principios que parecían inmutables: la protección del débil y la no violencia. Contra el embrión, una vida desamparada e inerme, podía atentarse impunemente. Nada importaba su debilidad si su eliminación se efectuaba mediante una violencia indolora, científica y esterilizada. Porque si el progresismo no es defender la vida, la más pequeña y menesterosa, contra la agresión social… ¿que pinto yo aquí? Porque para estos progresistas que aún defienden a los indefensos y rechazan cualquier forma de violencia, esto es, siguen acatando los viejos principios, la náusea se produce igualmente ante una explosión atómica, una cámara e gas o un quirófano esterilizado.»

CARTA DE UN BEBE ABORTADO

Hola Mami: Como estás? Yo, muy bien, gracias a Dios hace apenas unos días me concebiste en tu pancita. La verdad no te puedo explicar lo contento que estoy de saber que tú vas a ser mi mami !….

Todo parece indicar que voy hacer el niño más feliz del mundo. Mami, ha pasado ya un mes desde mi concepción y ya empiezo a ver como mi cuerpecito se empieza a formar, no estoy tan bonito como tú, pero ya verás más adelante… Estoy tan feliz…..

Pero hay algo que me tiene preocupado…. Últimamente me he dado cuenta, que hay algo en tu cabecita que no te deja dormir, pero bueno ya se te pasará, no te apures…. Mami, ya pasaron dos meses y medio y la verdad estoy feliz con mis nuevas manitas, «Mira ya me chupo el dedo…»

Mamita, dime que te pasa, porque lloras, porque cuando Papi y tú se ven se gritan tanto?….. Ya no me quieren?, o qué? «Voy hacer lo posible para que me quieran!…..» Han pasado ya tres meses, Mami, te noto muy deprimida, no entiendo que pasa, por que fuiste con el doctor? Estas enferma?…. Yo me siento muy bien !……

Mami, ya es de día, a donde vamos?….

Que pasa Mami, ¿Por qué lloras?… No llores, no va a pasar nada…, Oye Mami no te acuestes,.. es muy temprano, quiero seguir jugando con mis manitas.

Ahí, ahí…… Que hace ese tubito en mi casita? A poco es un juguete nuevo?.. ¡Oigan! Eso duele, porque están succionando mi casa? Mami i i ! ¡Esperen! Esa es mi manita ! Señor, por que me la arranca, no sabe que me duele? Mami i i i, defiendemeeee!…..

Mama…..ayúdame ! ¿Que no ves que todavía estoy muy chiquito y no me puedo defender? Mami, mi piernita, me la están arrancando, por favor diles que ya no sigan, te juro que me voy a portar bien, ya no te voy a patear!….. Como es posible que un ser humano pueda hacer esto?…… Van a ver cuando sea grande y fuerte……..

Mamiiiii….. Ya no puedo más, me voy….. Mami….Mami….. Ayú..da..meeee.…. Ma….mi i i i i ta…….

Te quierooooo no lo olvidesssss!……

Han pasado ya muchos años, desde aquel día, y yo desde aquí observo como todavía te duele esa decisión que tomaste. Por favor, ya no llores, acuérdate que te quiero mucho y aquí te estoy esperando con muchos abrazos y besos…… «Tu bebe»

¿Tan solo un «trozo de tejido?

¿Es eso verdaderamente correcto? ¿Es el cuerpo pequeñito,de un bebé desde el punto de vista biológico, «nada más que un trozo de tejido»? ¿Es ése el punto de vista del Dador de la vida? El punto de vista bíblico nos ayuda a evitar el explicar las cosas del modo que nos convenga y a ver claramente cuáles son las verdaderas cuestiones.

La Biblia muestra que desde el punto de vista de Dios la vida humana comienza antes del nacimiento, no después.

Dijo el salmista David: «Me tuviste cubierto en forma protectora en el vientre de mi madre. . . . Mis huesos no estuvieron escondidos de ti cuando fui hecho en secreto . . . Tus ojos vieron hasta mi embrión, y en tu libro todas sus partes estaban escritas, respecto a los días cuando fueron formadas y no había todavía ni una entre ellas.»-Sal. 139:13-16.

Es claro que Dios consideraba al embrión de David como una entidad separada. The Encyclopædia Britannica concuerda con esto: «La historia de la vida de un individuo, como una entidad biológica y distinta, comienza con [la fertilización].» De hecho, un embrión humano es tan «distinto» de su madre que las defensas inmunológicas del cuerpo de ella lo rechazarían como extraño si no hubiera algo que interfiriera. Pero células «trofoblásticas» especiales y más tarde la «placenta» protegen al embrión, para mantenerlo como si fuera ‘cubierto en forma protectora en el vientre de su madre.’

Cómo ve Dios al bebe en el vientre materno (Feto)

Dios pudo decirle a Jeremías: «Antes de formarte en la matriz te conocí para mí; antes que nacieras te consagré.» (Jeremias. 1:5) Note que Dios consideraba a Jeremías como una persona separada mientras todavía estaba en estado prenatal. ¡Él podía «conocerlo» y juzgarlo digno para la obra especial de Dios debido a que un número inconmensurable de rasgos potenciales de Jeremías había sido determinado minutos después de su concepción!

Por lo tanto, no es de extrañar que la ley de Dios a Moisés abarcara específicamente la vida y el cuerpo del niño no nacido en caso de daño accidental ocasionado por hombres al luchar. (Éxo. 21:22-24 )

¿Qué hay del daño deliberado que un médico ocasione a esa vida aún no nacida? Debe considerar seriamente el principio de Éxodo 21 y versículos 23 y 24: «Tienes que dar alma por alma, ojo por ojo, diente por diente.»

Levítico 24:19 a 21 dice: «En caso de que un hombre le causare un defecto a su asociado, entonces tal como él haya hecho, así se le debe hacer a él. . . . el que golpee mortalmente a un hombre debe ser muerto.»

A medida que un médico remueve pequeños organismos y pone fin a estas vidas pequeñitas, ¿puede él considerarse inmune a esos principios?

¿Piensa usted que un humano pequeñito no es una vida distinta debido a que no ha pasado por la etapa de salir de la matriz normalmente?

Algunos dicen que tal feto no es una vida verdaderamente separada porque no podría sobrevivir sin ayuda después del aborto. ¿Pero diría usted que un astronauta no está vivo debido a que no puede salir de su vehículo sideral sin su traje espacial? Esa no es la verdadera cuestión, ¿no es cierto?

¿No es la verdadera cuestión si puede pasarse por alto la ley de Dios sobre el asesinato por la conveniencia de madres que no desean enfrentarse a la responsabilidad de sus acciones, y médicos que desean experimentar de un modo «fácil»?

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