El Papa Benedicto XVI pidió el miércoles que «Cuba se abra al mundo y el mundo se abra a Cuba». En una carta enviada al cardenal Jaime Lucas Ortega y Alamino, arzobispo de San Cristóbal de La Habana, el pontífice retomó el auspicio planteado por su predecesor, Juan Pablo II. «Una apertura que exige examinar antes de nada cómo abrir el corazón y la mente a las cosas de Dios, como abrirse recíprocamente entre aquellos que conviven, creyendo y confiando los unos con los otros, aunque sean diferentes los modos de pensar y creer», expresó. Además, dijo, «cómo abrirse al ámbito mundial, con los desafíos de sus posibilidades y al mismo tiempo de sus dificultades». El Pontífice invitó a los obispos cubanos a descubrir en la experiencia «las señales de Dios vivo que camina con ustedes … Dios que camina con todos aquellos que viven en esta tierra, creyentes y no creyentes, cercanos y lejanos, porque todos están invitados a la fiesta de la vida que el Padre nos da», concluyó. El Papa envió la carta en ocasión del vigésimo aniversario del encuentro Nacional Eucarístico Cubano.