Cerca de siete mil jóvenes universitarios de varios países acudieron ayer al Estado Vaticano para participar «a distancia», junto a Juan Pablo II, en un encuentro del Instituto para la Cooperación Universitaria (UNIV), órgano ligado al Opus Dei. El Papa no pudo estar presente en la ceremonia por sus problemas de salud, pero el arzobispo Leonardo Sandri, sustituto de la Secretaría de Estado, leyó un mensaje escrito por el Pontífice con motivo del Congreso. El Papa discernió acerca del ocio de la gente joven y de las expresiones artísticas contemporáneas, especialmente la música. El Pontífice entonó una firme crítica, asegurando que «la música, como todos los lenguajes artísticos, acerca al ser humano a Dios. Pero, al mismo tiempo, el arte puede transmitir a veces un concepto del ser humano, del amor, de la felicidad, que no corresponde a la verdad del designio de Dios». Después añadió que «os toca a vosotros, queridísimos jóvenes, renovar los lenguajes del arte y de la cultura y ser valientes para no aceptar comportamientos o diversiones caracterizados por los excesos y el ruido». A la cita asistieron estudiantes universitarios procedentes de treinta universidades italianas y de más de doscientas de todo el mundo.