Novena Día:  Novena a María Reina de la Paz

 

OREMOS POR LAS INTENCIONES DE LA REINA DE LA PAZ

1. Oración a la Reina de la Paz

2. Veni Creator Spiritus

3. Misterios Gloriosos del Rosario

Textos para la Meditación

En ese tiempo, Jesús dijo: Padre, quiero que donde yo esté, estén también conmigo los que me has dado, para que contemplen mi gloria, la que me diste, porque me has amado desde antes de la creación del mundo. Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo sí te conozco y éstos han conocido que Tú me enviaste. Yo les he dado a conocer tu nombre y se los seguiré dando a conocer, para que el amor con que me amas esté en ellos y yo también en ellos. (Juan 17,24-26)

¡Queridos hijos! Hoy les doy las gracias y deseo invitarlos a la paz de Dios. Yo deseo que cada uno de ustedes experimente en su corazón esa paz que sólo Dios da. Hoy quiero bendecirlos a todos; los bendigo con la bendición del Señor. Les suplico, queridos hijos, que sigan y que vivan mi camino. Yo los amo, queridos hijos, y por eso los llamo -no sé ya cuántas veces- y les agradezco todo aquello que ustedes están haciendo por mis intenciones. yLes suplico que me auden, para que Yo pueda ofrecerlos al Señor para que El los salve y los guíe por el camino de la salvación. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado! (Mensaje, Junio 25 de 1987)

La oración de María se nos revela en la aurora de la plenitud de los tiempos. Antes de la encarnación del Hijo de Dios y antes de la efusión del Espíritu Santo, su oración coopera de manera única con el designio amoroso del Padre: en la anunciación, para la concepción de Cristo (cf. Lc 1,38); en Pentecostés para la formación de la Iglesia, Cuerpo de Cristo (cf. Hch 1,14). En la fe de su humilde esclava, el don de Dios encuentra la acogida que esperaba desde el comienzo de los tiempos. La que el Omnipotente ha hecho llena de gracia responde con la ofrenda de todo su ser: He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra. Fiat ésta es la oración cristiana: ser todo de El, ya que El es todo nuestro. (CCC: 2617)

Oración conclusiva: Te damos gracias, oh Padre, por el don de oración que nos permite tocar Tu corazón; oración en la que Tú te entregas enteramente a nosotros y con la cual nos enseñas a entregarnos enteramente a Ti. Hoy oramos por todas las intenciones de la Reina de la Paz y por todo lo que es necesario para que el mundo entero, por medio de María, pueda entrar en Tu gloria, la gloria de la Santísima Trinidad. Amén.

4. Letanía de la Santísima Virgen

Señor, ten misericordia de nosotros

Cristo, ten misericordia de nosotros

Señor, ten misericordia de nosotros

Cristo, óyenos

Cristo, escúchanos

Dios, Padre Celestial, ten misericordia de nosotros

Dios, Hijo Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros

Dios, Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros

Trinidad Santísima, un solo Dios, ten misericordia de nosotros

Santa María, ruega por nosotros

Santa Madre de Dios,

Santa Virgen de las vírgenes,

Madre de Jesucristo,

Madre de la Divina Gracia,

Madre de la Iglesia,

Madre purísima,

Madre castísima,

Madre virginal,

Madre inmaculada,

Madre incorrupta,

Madre amable,

Madre admirable,

Madre del buen consejo,

Madre del Creador,

Madre del Salvador,

Virgen prudentísima,

Virgen digna de veneración,

Virgen digna de alabanza,

Virgen poderosa,

Virgen clemente,

Virgen fiel,

Espejo de justicia,

Trono de la eterna sabiduría,

Causa de nuestra alegría,

Vaso espiritual de elección,

Vaso precioso de la gracia,

Vaso insigne de devoción,

Rosa mística,

Torre de David,

Torre de marfil,

Casa de oro,

Arca de la Alianza,

Puerta del cielo,

Estrella de la mañana,

Salud de los enfermos,

Refugio de los pecadores,

Consuelo de los afligidos,

Auxilio de los cristianos,

Reina de los Ángeles,

Reina de los Patriarcas,

Reina de los Profetas,

Reina de los Apóstoles,

Reina de los Mártires,

Reina de los Confesores,

Reina de las Vírgenes,

Reina de todos los Santos,

Reina concebida sin pecado original,

Reina elevada al cielo,

Reina del Santísimo Rosario,

Reina de la Familia,

Reina de la Paz,

C. Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.

R. Perdónanos, Señor.

C. Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.

R. Escúchanos, Señor.

C. Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.

R. Ten misericordia de nosotros.

Bajo Tu amparo nos acogemos,

Santa Madre de Dios: no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestra necesidad, antes bien, líbranos siempre de todos los peligros, oh Virgen gloriosa y bendita.

C. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.

R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

C. Ruega por nosotros y por nuestro Santísimo Padre, el Papa N. El Señor lo bendiga y lo conserve, lo haga feliz en esta tierra y no lo entregue en manos de sus enemigos.

R. Amén.

Oremos

Te suplicamos, Señor, que derrames Tu gracia en nuestras almas para que los que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la Encarnación de Tu Hijo Jesucristo, por Su Pasión y Cruz, seamos llevados a la gloria de Su Resurrección.

Por el mismo Jesucristo, Nuestro Señor.

R. Amén.

¡Dios te salve, Reina y Madre de Misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra! ¡Dios te salve! A ti clamamos los desterrados hijos de Eva. A ti suplicamos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María!

 

Oración conclusiva: Señor, Tú llamas a todos los cristianos a ser testigos reales de Tu vida y Tu amor. Hoy, Te damos gracias de manera especial por los videntes y por su misión de dar testimonio de los mensajes de la Reina de la Paz. Te presentamos todas sus necesidades. Rogamos por cada uno de ellos en lo personal para que Tú estés cerca de ellos, a fin de que puedan crecer incesantemente en la experiencia de Tu fortaleza. Te pedimos que los conduzcas a una oración cada vez más profunda y humilde, mientras siguen dando testimonio de la presencia de la Virgen en Medjugorje. Amén.

 

El Himno de Medjugorje

(Traducción del P. Tiberio Munari)

 

 

Hoy venimos, buena Madre

de lugares diferentes,

a traerte nuestras penas

y plegarias muy fervientes.

Dulce Reina de la Paz,

tu sonrisa nos consuela,

tu mensaje, oh María,

el amor de Dios revela.

Sepan todos, hijos míos,

que los amo inmensamente,

y por eso con ustedes

tanto quiero estar presente.

Dulce Reina…

Gracias Madre y Reina nuestra

escogida criatura;

oh María, de Dios eres

sacramento de ternura.

Dulce Reina…

Virgen digna de alabanza,

Tú me ayudas, Tú me guías,

en Ti tengo mi esperanza,

Tú me guardas noche y día.

Dulce Reina…

Tu insistencia con nosotros

de que hagamos oración,

razón tiene que alcancemos

la gran paz del corazón.

Dulce Reina…

Poderosa, victoriosa,

sin mancilla, Virgen Santa,

de Dios Hija, Madre, Esposa,

satanás de Ti se espanta.

Dulce Reina…

Dulce Madre, Virgen pura,

serás siempre mi ilusión;

y por eso te consagro,

alma, cuerpo y corazón.

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