Después de la pena por la partida a la Casa del Padre del Papa Juan Pablo II, levantamos ahora agradecidos nuestro corazón al Señor que nos ha dado al nuevo Papa Benedicto XVI, Vicario de Cristo en la Tierra, sucesor de Pedro y Pastor de la Iglesia Universal. Cristo declaró a San Pedro piedra fundamental de su Iglesia: «Bienaventurado eres tú… Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella» (Mt. 16, 18). Toda la Iglesia Católica exulta hoy al ver las palabras del Señor nuevamente cumplidas en la persona del Papa recientemente elegido.

La Diócesis de San Bernardo (Chile), junto con toda la Iglesia, quiere manifestar a Su Santidad el Papa Benedicto XVI su completa y total comunión, su adhesión fervorosa y filial a su persona y a sus enseñanzas y su disposición de servicio, sobre todo con la oración constante por la persona e intenciones del Pontífice Romano. Junto a nuestra oración, nuestro amor y nuestro respeto para quien es Cristo en la tierra. El amor al Papa ha de ser en nosotros una hermosa pasión, porque en él vemos a Cristo. Y no habría respeto y amor verdadero al Papa si no hubiera una obediencia fiel, interna y externa, a sus enseñanzas y a su doctrina. En el Papa debemos ver a quien está en lugar de Cristo en el mundo: al “dulce Cristo en la tierra”, como lo llamaba Santa Catalina de Siena; y amarle y escucharle, porque en su voz está la verdad.

Damos gracias a Dios, de quien procede toda bondad, por habernos dado un nuevo Padre y Pastor, nuestro amado Papa Benedicto XVI. Que el Señor lo conserve y lo guarde y lo proteja de todos su enemigos y lo haga un fiel servidor de Cristo, el Supremo Pastor, y de la Iglesia a él confiada.

San Bernardo,19 de abril de 2005

+Juan Ignacio González Errázuriz, Obispo de San Bernardo

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