La llamada «Iglesia Católica Apostólica Brasilera» es cismática y no es una institución católica.

La «Roman Catholic Society of Pope Leo XIII», que dirige David Bell, y todas las organizaciones e institutos relacionados con ella, como la «Igreja Católica Apostólica Brasileira» (ICAB), son comunidades cismáticas que no tienen ningún estatus en la Iglesia católica, misma que no reconoce las ordenaciones episcopales y sacerdotales de sus miembros. Es lo que se lee en una carta (con el número de protocolo 1177/12) enviada a nombre de la Secretaría de Estado por el Nuncio apostólico Giovanni D’Aniello al cardenal Raymundo Damasceno Assis, presidente de la Conferencia Episcopal de Brasil. Vatican Insider  en agosto había narrado el extraño caso de “Su Eminencia Bell”, el sediciente “arzobispo de Londres”, ordenado en el seno de la ICAB y que se habría convertido en el fundador de la «Roman Catholic Society of Pope Pius XIII». Bell, que afirma seguir la liturgia tridentina y que ha consagrado por lo menos a unos veinte obispos en todo el mundo, recibió la hospitalidad de una comunidad de monjas en San Giovanni, en el Valle d’Arno (Italia), en donde ordenó a un diácono (el periodista Michel Upmann, vocero de la Leone XIII de Italia, y que, a su vez, se ha alejado del mismo Bell) y a un sacerdote (Antonio Fabbroni). Todas estas actividades no tuvieron el consenso del obispo local, Mario Meini, que disolvió la comunidad monástica con un decreto.

David Bell, en el sitio de la «Roman Catholic Society of Pope Leo XIII», siempre ha insistido en su presunto “catolicismo”. Siempre ha publicado diferentes fotos de un encuentro con el Papa Ratzinger (al final de una audiencia general en junio de 2011). En la carta del Nuncio D’Aniello al cardenal Damasceno (que lleva la fecha del 8 de octubre de 2012) se afirma que la “Pope Leo XIII” es «una comunidad cismática y, como tal, no se le reconoce ningún estatus en la Iglesia Católica». Además, los «obispos ordenados en esa comunidad no pueden ejercer ningún ministerio en el seno de la Iglesia católica, que no reconoce esas ordenaciones». Por ello, «todas las ordenaciones y asociaciones relacionadas a esta sociedad deben ser tratadas como cualquier institución no católica».

«Habiendo cometido el señor Bell el delito de cisma, los que reciban de él una “ordenación” cometerán, a su vez, el delito de cisma con excomunión “latae sententiae”». Consideraciones semejantes, explica el Nuncio en nombre de la Secretaría de Estado, se pueden aplicar a la «Igreja Católica Apostólica Brasileira». Los obispos brasileños ya están al corriente del contenido de la carta de monseñor D’Aniello. Pocos días antes, una comunicación parecida, aunque más reservada, llegó al obispo católico de Brentwood, Thomas MacMahon, que había pedido indicaciones sobre Bell a la Congregación para la Doctrina de la Fe. El secretario del dicasterio, el arzobispo Luis Ladaria Ferrer, escribió a MacMahon que Bell no debe tener el permiso para «ejercer ningún ministerio en la Iglesia Católica y que su ordenación no es reconocida».

 

ANDREA TORNIELLI

CIUDAD DEL VATICANO

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