Roma, 1 (NE – eclesiales.org) El día de ayer, el Papa Juan Pablo II recibió a un grupo de Obispos colombianos que culminaron su vista “ad limina”. Los Pastores provenían de las provincias eclesiásticas colombianas de Bogotá, Bucaramanga, Ibagué, Nueva Pamplona, Tunja y la recientemente erigida de Villavicencio. El Papa los alentó a tener esperanza frente a la «difícil situación por la que atraviesa Colombia», por los continuos «atentados a la vida, a la libertad y a la dignidad de las personas». Señaló también que “en Colombia, muchos de estos males encuentran su origen en el narcotráfico, con ramificaciones en muchos sectores, y que aflige desde hace años a la Nación con incalculables consecuencias negativas en todos los ámbitos de la vida social». Por otra parte manifestó que el lamentable «incremento del deterioro moral» en el País latinoamericano “es un fenómeno debido, en parte, a ideologías que niegan al ser humano la capacidad de conocer con nitidez el bien y de ponerlo en práctica”. Finalmente, alentó a los Obispos a una renovada acción evangelizadora, tomando en cuanta que cuentan en el País con “con factores decisivos para llevar a cabo la obra de la evangelización, como son el creciente número de vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada, la amplia presencia de Institutos religiosos, así como la existencia de tantos centros de estudio y formación. Todo ello manifiesta la hondura que ha alcanzado la fe cristiana en el país y el dinamismo del compromiso apostólico».

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