RV – Benedicto XVI -renovando su exhortación a perseverar en el testimonio y anuncio de Cristo y de la presencia amorosa de Dios a toda la sociedad y todos los hombres sin distinción – recibió, a los obispos de la India, en visita ad limina. Junto con su profunda gratitud por la conmemoración de los 25 años de la visita del Beato Juan Pablo II a esta nación, el Papa alentó asimismo a estos prelados a seguir impulsando el diálogo interreligioso.
Una vez más, Benedicto XVI hizo hincapié en que la Iglesia en la India proclama su fe y amor a toda la sociedad y se preocupa por cada aspecto espiritual y material de la vida humana, promoviendo el futuro y la esperanza de todo el pueblo:
«En particular, la Iglesia católica es amiga de los pobres. Al igual que Cristo, acoge sin excepción a todos, ofreciendo el mensaje divino de la paz, de la esperanza y de la salvación. Aún más, obedeciendo al Señor, lo hace sin tener en cuenta nación, tribu, lengua ni pueblo» (cf. Ap 5,9), porque en Cristo, «somos un solo cuerpo» (cf. Rm 12, 5)».
Tras alentar en este contexto al clero, a los religiosos y a los catequistas, el Santo Padre se refirió a los desafíos que debe afrontar la Iglesia misionera, recordando que también Cristo fue mal entendido, despreciado, falsamente acusado y que sufrió por amor a la verdad. No hay que desalentarse ante las grandes dificultades. Nuestra fe de la Resurrección de Cristo nos da valentía y confianza:
«Dios acoge sin distinción, en unión con él a través de la Iglesia. Así yo también, rezo para que la Iglesia en la India siga acogiendo a todos, sobre todo a los pobres, y siga siendo un puente ejemplar entre los hombres y Dios»

Con profunda emoción, Benedicto XVI agradeció la conmemoración en la India de la visita de su amado predecesor:
«Mis queridos hermanos obispos, destaco con gratitud los diversos esfuerzos que las Iglesias locales en la India han cumplido en la conmemoración del vigésimo quinto aniversario de la primera visita apostólica a vuestro país del Papa Juan Pablo II. Durante aquellos días memorables, mantuvo varios encuentros con líderes de otras tradiciones religiosas. Manifestando su respeto personal para con sus interlocutores, el Papa beato dio un auténtico testimonio del valor del diálogo interreligioso. Yo también reitero los sentimientos que él supo expresar de forma tan digna: ‘es importante trabajar por el logro y la preservación de los derechos humanos, incluyendo el derecho fundamental a la fe y a profesarla públicamente, promoviendo el diálogo y la colaboración interreligiosa en todos los niveles’».
Antes de impartir su Bendición Apostólica, Benedicto XVI exhortó nuevamente a no desfallecer en el impulso de la tutela de la dignidad humana, promoviendo los derechos fundamentales, recordando el apostolado de los cristianos de ser promotores de justicia y portadores de paz, en un diálogo respetuoso y en el amor a la verdad sobre Dios y sobre cada ser humano.

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