El sacerdote en su ser, en su obrar y en su vivencia, pertenece totalmente a Cristo y participa en su unción y misión.

La identidad sacerdotal está en la línea de sentirse amado y capacitado para amar. Esta identidad se reencuentra cuando se quiere vivir el sacerdocio en todas sus perspectivas o dimensiones:

Consagración o dimensión sagrada: el sacerdote en su ser, en su obrar y en su vivencia, pertenece totalmente a Cristo y participa en su unción y misión.

Misión o dimensión apostólica: el sacerdote ejerce una misión recibida de Cristo para servir incondicionalemente a los hermanos.

Comunión o dimensión eclesial: el sacerdote ha sido enviado a servir a la comunidad eclesial contruyéndola según el amor.

Espiritualidad o dimensión ascetíco-mística: el sacerdote está llamado a vivir en sintonía con los amores de Cristo y a ser signo personal suyo como Buen Pastor.

El sacerdote está llamado, hoy más que nunca, a ser:

-Signo del Buen pastor en la Iglesia y en el mundo, participando de su ser sacerdotal (PO 1-3).

-Prolongación del actuar del Buen Pastor, obrando en su nombre en el anuncio del evangelio, en la celebración de los signos salvíficos (especialmente la Eucaristía) y en los servicios de caridad (PO 4-6).

-Transparencia de las actitudes y virtudes del Buen Pastor, presente en la Iglesia comunión y misión (PO 7-22).

Espiritualidad cristiana y espiritualidad sacerdotal

La espiritualidad cristiana es una vida según el Espíritu. «Caminamos según el Espíritu» (Rom 8,4); «vivís según el Espíritu» (Rom 8,9). Propiamente es el camino o proceso de santidad que consiste en el amor o caridad: «caminar en el amor» (Ef 5,2).

Cada cristiano se santifica en su propio estado de vida y circunstancia por un proceso de sintonía con Cristo, en el Espíritu Santo, según los designios o voluntad del Padre (+Ef 2,18). Este proceso es de cambio o conversión (en criterios, escala de valores y actitudes) para bautizarse (esponjarse) en Cristo (pensar, sentir, amar como él). Es, pues:

-Participación y configuración (Gál 3,27: Rom 6,3ss),

-Unión, intimidad, relación (Jn 6,56-57; 15,9ss),

-Semejanza, imitación (Mt 11,29),

-Servicio, cumplimiento de la voluntad de Dios (Mc 3,35; 10,44-45; Jn 14,16),

-Caridad, vida nueva (Jn 13,34-35; Rom 6,4; 13,10).

Los matices de esta espiritualidad cristiana, común a todos, son muy variados. De suerte que se puede hablar de espiritualidades y escuelas diferentes.

La espiritualidad sacerdotal es sintonía con las actitudes y vivencias de Cristo Sacerdote, Buen Pastor. Por el sacramento del orden, se participa del ser sacerdotal de Cristo. Esta participación ontológica capacita para prolongar la acción sacerdotal del Buen Pastor. La sintonía con la caridad pastoral de Cristo es una consecuencia de la participación de su ser y en su función. La gracia recibida en el sacramento del orden hace posible cumplir con esta exigencia.

Se trata, pues, de una santidad o espiritualidad «según la imagen del sumo y eterno Sacerdote», para ser «un testimonio vivo de Dios» (LG 41). El sacerdote es un «Jesús viviente» (San Juan Eudes), es decir, «instrumento vivo de Cristo Sacerdote» (PO 12), puesto que:

-Se hace signo viviente de Cristo en el ejercicio del ministerio (PO 12-13),

-Se hace signo transparente de Cristo viviendo en sintonía o unidad de vida con él (PO 14),

-Se hace signo del Buen Pastor imitando su caridad pastoral y todas las demás virtudes que derivan de ella (PO 15-17), sin olvidar los medios comunes a toda la espiritualidad cristiana y a los medios específicos de la espiritualidad sacerdotal (PO 18).

Viviendo la espiritualidad sacerdotal, el sacerdote ministro se hace signo creíble del Buen Pastor en un mundo que pide autenticidad (n.1), en una Iglesia sacramento o transparencia e instrumento de Cristo (n.2) y en una nueva etapa de evangelización (n.3), que necesitan sacerdotes fieles a las nuevas gracias del Espíritu Santo (n.4). La identidad sacerdotal enraíza en esta espiritualidad cristológica, pneumatológica, eclesial y antropológica.

JUAN ESQUERDA BIFET     Esquemas de espiritualidad sacerdotal

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