El Valle de Aosta, región del noroeste italiano, se preparó cuidadósamente para recibir al Santo Padre Benedicto XVI, en medio de medidas de seguridad reforzadas tras los atentados del jueves en Londres. El pontífice, que continúa con la decenal tradición de Juan Pablo II, eligió pasar un período de reposo en Les Combes di Introd, frente al Monte Blanco. Joseph Ratzinger permanecerá en el Valle durante 18 días, una semana más respecto a su predecesor, en la cual tiene previsto recitar dos veces el Angelus dominical (el 17 y el 24 de julio). «Como pueblo valdostano recibimos al Papa con mucha alegría y con la discreción que le permita pasar vacaciones tranquilas», expresó Luciano Caveri, desde hace una semana gobernador de la región autónoma del Valle de Aosta.

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