La Iglesia Católica venezolana reconoció estar «preocupada» por «el destino democrático y los problemas políticos del país», y denunció un supuesto «acoso a opositores». La jerarquía católica mantiene una postura crítica hacia el presidente Hugo Chávez aunque en días pasado trató de suavizar la relación con el gobierno. «La situación del país nos preocupa e interpela por la magnitud de sus problemas, ante todo la incertidumbre de su destino democrático por los problemas políticos», dijo monseñor Diego Padrón al leer a la prensa el documento final de la Asamblea Episcopal Venezolana.

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