Un sacerdote católico murió quemado y otro fue herido de bala

 


Nigeria se convierte en un infierno para los sacerdotes católicos: uno murió quemado y otro fue herido de bala, este domingo
Alhaji Sani Bello Abubakar, gobernador del estado nigeriano de Níger, donde tuvo lugar el ataque, dijo: “Estos terroristas se han vuelto locos y se necesita una acción drástica para poner fin a esta carnicería en curso”.

Carlos de las Heras, Hispanidad

 

 

Hispanidad recogió recientemente un informe de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) en Colombia acerca de los países más peligrosos para sacerdotes y religiosas durante este año 2022, que destacaba que el país más peligroso fue Nigeria.

También recogió Hispanidad que, en ese país, los criminales suelen ser pastores fulani y yihadistas y las víctimas en su mayor parte son cristianos.

De hecho, en declaraciones a Fides, Mons. Luka Sylvester Gopep, Obispo Auxiliar de Minna, en Nigeria, señaló: “Los secuestros de sacerdotes en Nigeria van en aumento, y tienen diferentes motivaciones”. «Por un lado, los atentados de los grupos ISWAP/Boko Haram forman parte de su agenda para imponer el islam y la sharia a todas las comunidades de Nigeria. Por otra parte, los atentados sirven para alejar a los cristianos de la Iglesia y obligarles a abandonar la práctica de su fe”.

Wasiu Abiodun, responsable de relaciones públicas de la Policía estatal, declaró que “los bandidos intentaron entrar en la residencia, pero fracasaron y prendieron fuego a la casa, mientras el reverendo padre moría carbonizado.

En ese contexto, un sacerdote católico murió quemado y otro fue herido de bala en la mañana de este domingo después de que unos delincuentes incendiaran la casa parroquial donde residían, en el norte de Nigeria.

El ataque ocurrió a las 3:00 a.m. (hora local) del 15 de enero en la parroquia de San Pedro y San Pablo en Kafin-Koro, en la región de Paikoro, según informó la Diócesis de Cyon Minna, a la que pertenecen ambos presbíteros, recoge Aciprensa.

“El P. Isaac Achi fue reducido a cenizas por bandidos en su casa, mientras que su asistente, el P. Collins Omeh, recibió un disparo. Ambos fueron trasladados de urgencia al hospital”, indicó la diócesis local en Facebook. Wasiu Abiodun, responsable de relaciones públicas de la Policía estatal, declaró que “los bandidos intentaron entrar en la residencia, pero fracasaron y prendieron fuego a la casa, mientras el reverendo padre moría carbonizado”.

La Diócesis de Cyon Minna pidió a Dios que “proteja y salve a la iglesia en este período crítico” y aseguró que los católicos nigerianos están “profundamente heridos y apesadumbrados” por lo sucedido.

Alhaji Sani Bello Abubakar, gobernador del estado nigeriano de Níger, donde tuvo lugar el ataque, dijo: “Este es un momento triste. Que un sacerdote sea asesinado de esa manera significa que no todos estamos a salvo. Estos terroristas se han vuelto locos y se necesita una acción drástica para poner fin a esta carnicería en curso”.