¿Se incrementan las falsas denuncias por abusos sexuales de miembros del clero de la Iglesia católica?

 

 

En enero de 2002, comenzó el desvelamiento de los abusos sexuales cometidos por sacerdotes y religiosos católicos. Hace décadas, los casos de pederastia, por lo impactante del tema, sin encontrar un camino claro para enfrentarlo, resultaba finalmente en la espera de las investigaciones, por lo que parecía que era silenciado por autoridades del ámbito temporal y eclesial. Sin embargo hay que recordar que aunque la tragedia del abuso es una conducta que por siglos se daba al interior de las familias y la sociedad, lo que se terminaba ocultando, la comunidad eclesial esta empeñada en dar una fuerte batalla contra esta epidemia social.

 

La Iglesia ha tenido que lamentar numerosos abusos sexuales por parte de miembros del clero, durante los últimos años. A pesar de que es menor la existencia de esta lacra en el ambito religioso religioso en relación con el resto de la sociedad y sus instituciones, la Iglesia ha sido especialmente golpeada por los mass media y por la opinión pública por estos hechos.

 

Y aunque la Iglesia ha respondido con contundencia contra estos casos –no en vano es la institución con las normas más rígidas contra los abusos sexuales y la pederastia- no faltan las acciones oportunistas que han visto en este estado de opinión contra la Iglesia un filón para hacer dinero y, simplemente, para intentar socavar su credibilidad como institución religiosa.

 

El arzobispo estadounidense John Nienstedt puede regresar a su ministerio después de ser absuelto de tocamientos a un menor; un sacerdote irlandés demuestra tras cuatro años de procesos su inocencia ante la acusación de haber abusado de una niña; y el cantante peruano Jason Day acusa a un sacerdote de intentar abusar de él, pero luego se niega a dar el nombre del supuesto abusador.

 

 

Fuente: ForumLibertas.com

 

Es el caso de dos recientes casos contra un sacerdote y un arzobispo que la justicia ha demostrado falsos.

 

Monseñor John Nienstedt y la falsa acusación de abuso a un menor

 

El arzobispo de St. Paul Minneapolis (Estados Unidos), monseñor John Nienstedt, recibió con alegría la noticia de que puede volver a su ministerio, después de que una investigación de la fiscalía y la policía local sobre una acusación falsa de abuso contra un menor, desestimara los cargos contra el prelado.

 

“Espero volver al ministerio público en este tiempo de Cuaresma, especialmente para Semana Santa y la gran fiesta de Pascua”, dijo el Arzobispo luego de tres meses de investigaciones por un hecho de mayo de 2009.

 

Un adolescente -cuya identidad se mantiene en reserva- le dijo a su madre que al momento de tomarse una foto grupal con sus amigos y el arzobispo, con ocasión de su confirmación, este lo había tocado indebidamente. La madre llevó el relato del menor a un amigo sacerdote y éste lo denunció ante las autoridades sin más pruebas que el testimonio del adolescente y la foto grupal.

 

La noche de Navidad, las autoridades interrogaron al Arzobispo quien negó las acusaciones y negó recordar al “particular confirmando” que lo acusaba. En la fotografía que analizó la policía, se ve al Arzobispo en un escalón superior al que se encuentra el muchacho acusador. En la fotografía hay otros once jóvenes, un sacerdote y un diácono.

 

El martes 10 de marzo, el director de la división penal del condado de Ramsey, Richard Dusterhoft, explicó que no se presentarán cargos por que “es improbable que el Arzobispo haya tomado un momento para tocar sexualmente a un muchacho al azar, frente a otro miembro del clero, un diácono o frente a los numerosos familiares de los confirmandos que en esos momentos documentaban esos instantes con fotografías”.

 

Para el presidente de la Liga Católica de Estados Unidos, William Donohue, “lo que ha sucedido con el Arzobispo Nienstedt no ha sido un error. Refleja un problema más profundo. Estamos viviendo en una cultura de odio -odio contra todo lo católico- liderada por aquellos cuyo objetivo es traerse abajo a un obispo. Todo obispo es un objetivo potencial, pero ninguno más que aquellos que son vistos como enemigos de la agenda ‘progresista’”.

 

El caso del sacerdote irlandés acusado falsamente de abusos

 

Un sacerdote de Irlanda del Norte, declarado inocente de la falsa acusación de agresión sexual contra una adolescente, también retornará a su parroquia con “gran alegría”, cuatro años después de que dejara el ministerio público y dos años después de su absolución.

 

En declaraciones al Tyrone Herald, el 9 de marzo, el P. Eugene Boland, aseguró que “es con un sentido de gran alegría y expectativa que regreso al ministerio público en mi parroquia de Cappagh, con mi buen nombre y de pie, totalmente restaurado, en la Iglesia”.

 

Que se reconozca su inocencia, recordó, fue un viaje “largo y doloroso”, que involucró procesos tanto civiles como canónicos.

 

El P. Boland será reinstaurado como sacerdote en una Misa el 15 de marzo, en la Iglesia de Santa María, en Killyclogher (Irlanda del Norte). Él es un sacerdote de la Diócesis de Derry, que se encuentra en la frontera de Irlanda del Norte y la República de Irlanda.

 

El P. Boland fue denunciado en 2010 de cinco acusaciones de atentado contra el pudor contra una niña de 14 años, en fechas desconocidas entre junio de 1990 y junio de 1992. El sacerdote renunció a su cargo como párroco de Cappagh. El presbítero fue absuelto tras un juicio de ocho días en 2012. Tras su absolución, dijo a BBC Noticias que había sido “devastado” por el caso, pero perdonaba a su acusadora.

 

El caso del actor peruano Jason Day y su bulo aún por demostrar

 

El portal de noticias Aciprensa mantiene un entente los últimos meses con el actor peruano proabortista Jason Day, que prestó su imagen para una campaña a favor del aborto. Day decidió ser el rostro público de “Un Billón de Pie”, cuyo objetivo aparente es el de combatir un problema trágico: el abuso sexual, aunque de facto es una campaña para lograr la legalización del aborto en todo el mundo y atacar particularmente a la Iglesia católica.

 

El actor organizó un festival de “Un Billón de Pie” que debía ser un evento masivo. El evento se desinfló y fracasó, como explica Aciprensa. Day, ofendido, echó la culpa del fracaso al diario católico y a la campaña de advertencia que la agencia hizo previo al evento en 2013 y en 2014. Day, para restar credibilidad a las afirmaciones de los medios católicos, publicó una columna en el diario La República donde describía un encuentro con un sacerdote sodálite en una sacristía, presentada como un intento fallido de abuso sexual y que en las mismas palabras defensivas posteriores de Day, “no constituyó un crimen”.

 

El testimonio de Day, un personaje en alza en la voluble farándula limeña, corrió como reguero de pólvora. La descripción de Day estaba plagada de agujeros de fechas, lugares y circunstancias. Además, Day, que dice que la mejor solución contra el abuso sexual es denunciar los hechos y denunciar al victimario, se negó y se sigue negando a dar el nombre del supuesto semi abusador.

 

 

Ahora, con las trituradoras de carne que son los medios de comunicación en marcha, se denuncia a inocentes por venganza, por dinero o por índices de audiencia.

 

El sacerdote italiano Pierino Gelmini, de 86 años, fundador de una comunidad para toxicómanos, fue denunciado falsamente en 2007 por un grupo de jóvenes que tuvo que expulsar de uno de los centros debido a que habían cometido varios robos. Gelmini dijo que los drogadictos le espetaron: “Te lo haremos pagar”, y así fue. El grupo denunció al sacerdote y encontró un abogado y un fiscal que llevaron adelante la denuncia hasta el punto de que se le tomó declaración a Gelmani en la Fiscalía de Terni. El asunto se aclaró gracias a una llamada en la que los drogadictos confesaron el chantaje: le ofrecieron retirar los cargos o retractarse a cambio de dinero. Gelmini dijo que perdonaba a sus acusadores, porque eran personas que habían sufrido en la vida, pero que lamentaba que hubiese sufrido una ejecución mediática.

 

 

Perdón público

 

En noviembre de 1993, el cardenal Joseph Bernardin, arzobispo de Chicago, fue acusado por un exseminarista de haberle violado en 1975. Este era Steven Cook, entonces de 35 años, y enfermo de sida, que había contraído debido a su promiscuidad sexual. Sin más testimonio que el del acusador, el canal de televisión CNN dio por sentada la culpabilidad del cardenal y montó un programa sobre ella. Al final, se demostró que Cook había mentido y Bernardin le perdonó públicamente.

 

El sacerdote irlandés Kevin Reynolds bien puede ser el último de estos mártires, que sufren el tormento de ser expuestos durante meses, si no años, ante la gente bajo acusaciones de haber cometido crímenes abominables y a los que nadie cree cuando se proclaman inocentes.

 

El 23 de mayo de 2011, la televisión pública irlandesa RTÉ emitió un programa de investigación titulado A Mission to Prey, donde se afirmaba que muchos misioneros irlandeses habían marchado a otros países no para difundir la Buena Nueva, sino para violar a hombres y mujeres, niños y adultos. En el programa se expusieron los casos de siete sacerdotes: cinco de ellos ya se conocían, uno estaba muerto (y la orden a la que perteneció ha negado siempre su implicación) y otro constituía una novedad, el padre Kevin Reynolds, párroco en Galway, en el oeste de la isla. Por tanto, el programa se construyó sobre este.

 

 

Prueba de paternidad

 

 

El equipo de periodistas descubrió a una mujer keniana que declaró haber sido violada por el padre Reynolds cuando este pasó varios años en el país africano y que le hizo una hija en 1982; además, para la educación de la niña, Reynolds había enviado dinero.

 

Los periodistas encontraron a Reynolds en su parroquia y le entrevistaron el 7 de mayo, después de la misa de primera comunión. El sacerdote negó las acusaciones y el obispo de la diócesis keniana donde ejerció su ministerio declaró que el comportamiento de Reynolds había sido ejemplar, pero fue inútil. Los productores del programa respondieron que tenían pruebas irrefutables. El sacerdote propuso a los periodistas someterse a una prueba de paternidad de ADN y les pidió que aplazasen la emisión del programa hasta entonces. Tampoco le hicieron caso y el programa se emitió, con una audiencia de unas 500.000 personas (la novena parte de la población del país).

 

Debido a la aplicación de las normas especiales establecidas por el Vaticano, al padre Reynolds se le retiró de su parroquia, lo que implicó abandonar la vivienda adjunta. Además, el ministro de Justicia ordenó al jefe de Policía que le investigase.

 

Dos pruebas de paternidad distintas demostraron la inocencia del sacerdote irlandés. Pero el daño ya estaba hecho. Entonces, Reynolds recurrió a la segunda arma más poderosa de los tiempos actuales, después de los periodistas: los abogados. El sacerdote demandó a la televisión RTÉ.

 

En un comunicado difundido en octubre, la televisión pública irlandesa reconoció que la mención al padre Reynolds no tenía que haberse emitido. El caso se cerró con un acuerdo extrajudicial, ratificado por el Tribunal Supremo, en el que RTÉ se disculpaba y abonaba a Reynolds una cantidad calculada en torno a un millón de euros. Tal vez estos castigos monetarios disuadan a ciertos periodistas de destrozar vidas ajenas.

 

El profesor de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra José María Pardo ha comparado los datos de la pederastia y los abusos en el clero católico y en el resto de la sociedad, con lo que demuestra que se trata de un problema mucho más grave fuera de la Iglesia, aunque ese menor porcentaje no atenúe la gravedad de los delitos cometidos por los sacerdotes.

 

Entre 1950 y 2002, 352 sacerdotes de EEUU cometieron al menos un delito relacionado con el abuso a menores. En ese mismo periodo de tiempo, fueron condenados por los tribunales 6.000 maestros y profesores de gimnasia, casi todos casados.

 

Los últimos datos facilitados en Austria indican que en un mismo periodo de tiempo, los casos probados en instituciones vinculadas a la Iglesia eran 17, mientras que en otros ambientes fueron 510.

 

De los 210.000 casos de abusos a menores denunciados en Alemania desde 1995, 94 corresponden a eclesiásticos, es decir, un 0,04%.

 

 

Fuente: La Gaceta /Pedro Fernández Barbadillo

 

 

Nota importante:  Fina Millán-Hita. Resulta cómico – e incomprensible – que la ONU, después de aprobar el informe Lunacek, en el que se da carta blanca a las teorías y propuestas de Ulrike Lunacek, la diputada verde que en 2013 intentó  legitimar la pedofilia, proponiendo una enmienda que invocaba la necesidad de una «educación sexual interactiva y libre de tabúes» para los niños mayores de 4 años, se revuelva contra el Vaticano por los presuntos y no presuntos casos de pederastia que – por cierto- se están combatiendo.

Todo esto resulta especialmente lacerante cuando la ONU está acusada de mirar a otro lado en los múltiples ocasiones en que ha sido acusada de abusos sexuales en sus misiones «de paz». Recordemos que las acusaciones de violaciones, pedofilia y prostitución se sucedieron en 2006.

Según la BBC, “niños en Haití y Liberia han sido víctimas de casos de violación y prostitución por parte de las fuerzas de paz de las Naciones Unidas que están en esos países”. Existe un video en el que miembros de la ONU violan o intentan violar a un niño haitiano. “La Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos de Haití afirmó que el joven fue sodomizado dos veces, además de golpeado”. Los cascos azules cometen abusos sexuales en Congo en 2003, en Sudán, en 2005; Cuarenta alumnos del prestigioso colegio alemán Odenwald, de la UNESCO, denuncian abusos sexuales y prácticas sádicas contra los alumnos (los profesores utilizaban a los niños como «sirvientes sexuales» durante los fines de semana).

Gracias a la agencia británica Reuters conocemos “el abuso sexual de niños por trabajadores humanitarios y fuerzas de paz es común”; “Las acusaciones de abuso sexual por parte de fuerzas de paz de las Naciones Unidas y trabajadores humanitarios en todo el mundo han aumentado en los últimos años”; “El estudio muestra un amplio rango de explotación y abuso: niños intercambiando sexo por comida, sexo forzado, abuso sexual verbal, prostitución infantil, pornografía infantil, esclavitud sexual, ataque sexual y tráfico de niños.” “De los 38 grupos, 20 identificaron a las fuerzas de paz de la ONU como los posibles sospechosos [de abusos sexuales]”.

Y todo ésto, sin contar los continuados casos de corrupción en la cúpula de la institución: Kofi Anan y su plan «alimentos por petróleo» que resultó ser un Kurt Waldheim o el actual Secretario general, Ban Ki-moon, al que se ha relacionado siempre con la secta Moon, la más peligrosa del mundo, según todos los expertos.

Soy consciente de que unas conductas así no se pueden aplicar a todos los integrantes de esta institución, pero si las calificaría de incoherentes y cínicas.

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Fuente:http://www.conocereisdeverdad.org/website/index.php?id=3053

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