Bernardo de Hoyos nació en Torrelobatón el 21 de agosto de 1777. Con 11 años pasó a Villagarcía de Campos como colegial. Ingresó después en el noviciado que tenía en esa localidad la Compañía de Jesús, a punto de cumplir los 15, y completó sus estudios en Medina del Campo (Filosofía) y Valladolid (Teología y ordenación sacerdotal).

Destacó por su vida de fe y amor a Cristo, con un perfil de vida mística semejante al de otros grandes santos, como Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz, M. Ángeles Sorazu…. Con apenas 19 años vivía lo que los teólogos llaman el ‘desposorio espiritual con Jesús’, en el contexto de una vida exterior de lo más común.

Cuando Bernardo cuenta con 21 años, Jesús le introduce en el misterio de su amor redentor por los hombres, y le pide que lo dé a conocer. A ello dedicará sus energías mientras le dure la vida, pues dos años y medio después, con 24 años, contrae unas fiebres malignas, y muere. Su proceso de beatificación no se introducirá hasta 1895, debido a los condicionamientos de las circunstancia históricas (dificultades que atraviesa en ese momento la Compañía de Jesús en España, y su posterior expulsión en 1767…) que coincidieron, además, con los momentos más propicios para que prospere una causa (testigos contemporáneos, investigación directa de los hechos, escritos, etc). Por eso, tras enviar la documentación a Roma, para que diera comienzo la fase apostólica, la causa sólo cobró ritmo a partir de la norma de la Santa Sede para las llamadas “causas históricas” (1930), en las que la falta de testigos contemporáneos se suple con una exhaustiva investigación historiográfica.

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