El jueves próximo, concluyen sus vacaciones en el Valle de Aosta, noroeste de Italia, desde donde viajará a Castelgandolfo, su residencia de verano, cerca de Roma. Estas, las primeras vacaciones de Benedicto XVI, coincidieron con un período de fuerte recrudecimiento del terrorismo en el mundo, desde Londres a Egipto, bajo la sombra de Al Qaeda. «El Papa -dijo el vocero vaticano Joaquín Navarro Valls- aunque está de vacaciones no puede dejar atrás a la humanidad y esta humanidad martirizada por los atentados estuvo siempre presente en su pensamiento y sobre todo en su plegaria». El pontífice se encuentra desde el 11 de julio en este chalet de madera y piedra, pero en realidad se trata de unas vacaciones de trabajo en las que alterna el descanso con la lectura y la escritura, agregó el portavoz.

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