Testimonio de CONVERSIÓN de un médico que era ATEO

 

Médico en Lombardía-Italia, manifiesta: «Ni en las pesadillas más oscuras imaginé que podría ver y vivir lo que está pasando aquí en nuestro hospital desde hace tres semanas. Parece una pesadilla, el río se está haciendo más y más grande. Al principio vinieron algunos, luego decenas y luego cientos y ahora ya no somos médicos, sino que nos hemos convertido en clasificadores en la cinta y decidimos quién vive y quién debe ser enviado a casa a morir, aunque todas estas personas han pagado impuestos italianos toda su vida…»
«Hasta hace dos semanas, yo y mis colegas éramos ateos; era común porque somos médicos y aprendimos ciencia, donde se enseña excluir la presencia de Dios; Algunas veces me reí de mis padres yendo a la iglesia.
Hace nueve días un sacerdote de 75 años vino a nosotros; Hombre gentil, tenía problemas respiratorios, pero tenía una Biblia con él y nos impresionó que les leyera a los moribundos que acababan cogiéndole de la mano; al estar todos los médicos cansados, desanimados, psicológicamente y físicamente terminados, cuando teníamos tiempo íbamos a escucharlo; ahora tenemos que admitir: nosotros como humanos hemos alcanzado nuestros límites; más no podemos hacer, y cada día mueren más personas ; y estamos agotados, ya tenemos dos colegas que han muerto y otros están parados. Nos dimos cuenta de que donde termina lo que el hombre puede hacer, necesitamos a Dios, y nos comenzamos a preguntar muchas cosas cuándo teníamos algunos minutos libres. Hablamos entre nosotros y no podemos creer que de los que antes éramos ateos feroces, hemos comenzado a creer y venido diariamente para hablar con uno de los pacientes, que era sacerdote, para encontrar nuestra paz, pidiéndole al Señor que nos ayude a resistir para que podamos cuidar a los enfermos.»

«Ayer partió con mucha paz a la presencia de Dios este sacerdote de 75 años; que hasta hoy, a pesar de que tuvimos más de 120 muertos en 3 semanas aquí, todos habríamos acabado destruidos… pero el anciano sacerdote logró, por medio de la palabra y su fe, mostrándonos su amor y gentileza durante su estancia aqui, traernos una paz que ya no esperábamos encontrar. Hay una Luz de esperanza y salvación…»

«El sacerdote se fue con el Señor y pronto lo seguiremos. No he estado en casa desde hace 6 días, no sé cuándo comí por última vez, y me doy cuenta de mi inutilidad en esta tierra y quiero dedicar mi último aliento en ayudar a los demás. Estoy feliz por la esperanza al haber conocido a Dios, sirvo y oro por el prójimo mientras estoy rodeado por el sufrimiento y la partida de mis semejantes, pero al tener en nuestros corazones a Dios tenemos la esperanza de la vida eterna»…