El reverendo Thaddeus Malanowski dijo haber sostenido la mano derecha de Terri mientras él y el sacerdote Joseph Braun colocaban una gota de vino de comunión en la lengua de Schiavo ante la mirada de sus hermanos y su cuñado. El sacerdote afirmó sombríamente que «su muerte es inminente’. ‘Ella recibió la sangre de Cristo’, dijo Malanowski, quien aclaró que no le había dado la hostia porque su lengua estaba reseca. El sacerdote Patrick Mahoney, de la Coalición de la Defensa Cristiana, anunció que ‘la lucha por Terri’ se desplaza ahora a Washington. ‘Somos la voz de Terri, lucharemos por su vida, y vamos a la capital de la nación a obligar a los líderes del Congreso a que salven la vida de esta mujer’, dijo Mahoney. La tragedia de Terri Schiavo es la consecuencia de una dura batalla judicial que estalló en 1998 entre su esposo, Michael Schiavo, y los Schindler que prácticamente ha recorrido todos los estamentos del sistema judicial.

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