La hermana de Terri Schiavo dijo que el intento fallido de su familia por mantener viva a la mujer con daño cerebral muestra una sociedad que «ha perdido la noción del valor» de la vida humana. Suzanne Vitadamo dijo que su hermana no quería morir y no había sido desahuciada cuando murió después de que en marzo pasado le fue desconectado el tubo que la alimentaba. El esposo de Schiavo, Michael, obtuvo una orden judicial para retirarle la alimentación. «Nuestra sociedad ha cambiado a una mentalidad de calidad de vida y ha perdido la noción del valor (y) la santidad de la vida humana», dijo Vitadamo a unas 1.000 personas que participaron en una manifestación anual en el edificio de la cámara legislativa estatal, normalmente dedicado asuntos contra el aborto. «Ahora, como nación, estamos decidiendo cuándo está bien o no matar a los incapacitados». El caso de Schiavo llegó hasta el Congreso, la Corte Suprema, el Vaticano y la Casa Blanca en varios intentos de sus padres, Bob y Mary Schindler, de prevenir que su hija muriera. Schiavo tenía 26 años cuando perdió el sentido en su apartamento de Florida en 1990 y sufrió daños cerebrales irreversibles. Sus padres y hermanos alegaron que a pesar de los daños, interactuaba con ellos y que no había perdido el sentido por completo.Michael Schiavo y su novia de varios años Jodi Centonze presentaron su aplicación para recibir una licencia matrimonial el viernes en Florida, reportó un periódico local. Ambos viven juntos y tienen dos hijos pequeños.

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