Juan Pablo II abandonó el Gemelli a las 18.20 hora local (17.20 GMT) a bordo de un automóvil monovolumen (vehículo estilo van) de la Ciudad del Vaticano, no en el tradicional papa móvil, y que había llegado minutos antes para recogerle. El Pontífice viaja sentado delante, al lado del conductor, acompañado de su secretario particular, el arzobispo Estanislao Dziwisz, quien en estos 18 días ha permanecido siempre a su lado en el Gemelli, y con cuatro guardias de seguridad que lo escoltaban a pie. Una caravana de seguridad con agentes en moto y en automóviles se abrió paso entre los centenares de fieles que se congregaron en las afueras del centro asistencial para saludar con pañuelos blancos y aplausos la salida del Pontífice. Por el parabrisas del vehículo que lo tansportaba, se veía al Papa impartiendo bendiciones a la multitud. Para que el Papa no sufriera el cambio de temperatura mientras salía del centro sanitario y subía al automóvil, en la zona donde se estacionó el vehículo -la entrada de la antigua área de urgencias- fue colocada una gran estufa, para mitigar así el frío reinante. Varios centenares de periodistas, fotógrafos y cámaras de televisión se concentraron también en el hospital romano, para informar con sus cámaras de la salida del Pontífice.

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