Ciudad del Vaticano (ANSF).-Cinco nuevo beatos, entre ellos el emperador Carlos IV de Austria y a la mística alemana Anna Katharina Emmerick, cuyos escritos inspiraron la película de Mel Gibson «La pasión de Cristo». Dos religiosos franceses, Joseph-Marie Cassant y Pierre Vigne, y la misionera italiana Maria Ludovica de Angelis, quien pasó la mitad de de su vida en Argentina. El último emperador del viejo continente, Carlos IV de Austria, hijo del archiduque Otto y de la princesa María Josefina de Sajonia, nació el 17 de agosto de 1887 y murió con «fama de santo» el 1 de abril de 1922 en la isla de Madeira, donde se había exiliado. Las autoridades eclesiásticas consideran que el emperador trabajó por una legislación social inspirada en las enseñanzas sociales del cristianismo y que después de la guerra «respondió al deseo del Papa de frenar la llegada al poder del comunismo en Europa central, intentando establecer nuevamente su autoridad en Hungría, lo que no logró, para evitar la guerra civil». Anne Catherine Emmerick (1774-1824), cuyas visiones místicas fueron recogidas en el libro «La dolorosa pasión de Nuestro Señor Jesús Cristo» y reproducidas casi literalmente en el filme «La pasión de Cristo» del actor y director de cine estadounidense Mel Gibson. La mística alemana, que murió a los 50 años, tenía estigmas y fue sometida a una investigación por el Gobierno prusiano. La vida del monje francés Joseph-Marie Cassant, fallecido en 1903 a los 25 años, es para el Vaticano ejemplar pese a «su corta existencia». «Joseph-Marie era un adolescente poco notable y sin valores ante los demás hasta que encontró en su camino a Jesús», sostiene el Vaticano. El religioso francés Pierre Vigne, nacido en 1670, murió a los 70 años tras haber sido una suerte de «misionero itinerante» después de fundar congregaciones, escuelas y seminarios y escribir libros sobre su experiencia.

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