Kidapawan (AP) – La población de Mindanao se moviliza para pedir «justicia para el padre Tentorio,» el misionero del PIME asesinado hace siete días en Arakan, en la isla de Mindanao, en el sur de Filipinas. Más de 20 mil personas se reunieron en tres ciudades de Mindanao: Davao, Kidapawan y Makilala, en una marcha con consignas tales como «justicia y transparencia».
El padre Fausto Tentorio, misionero italiano del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras (PIME), parroco de Arakan Valley, en la isla grande de Mindanao (sur de Filipinas), fue asesinado en la mañana del 17 de Octubre, entre las 8.30 y 9 en frente de su parroquia. Lo confirmó uno de sus hermanos, el padre Giovanni Vettorello, PIME, que vivía con él desde hace ocho años. El misionero se dirigía a una reunión de sacerdotes de la diócesis de Kidapawan, cuando fue atacado por dos hombres armados que le dispararon a sangre fría en la cabeza y en la espalda. El sacerdote fue trasladado al hospital (en Antipa, a unos 20 km de la escena del crimen), pero los médicos sólo pudieron confirmar su defunción.
Monjas, sacerdotes, tribales, indígenas, campesinos, incluso tres obispos de diferentes confesiones marcharon, manifestándose y rezando delante del Cuartel General del Ejército en Kidapawan, exigiendo el fin de la impunidad de las ejecuciones extrajudiciales. Los manifestantes llegaron a la Catedral de Kidapawan, donde se encuentra el cadáver del padre Fausto, y se reunieron en silencio y oración, celebrando una misa. La vigilia continuará ininterrumpidamente durante toda la noche, hasta mañana, cuando monseñor Rómulo de la Cruz, Obispo de Kidapawan, celebrará el funeral del padre Fausto Tentorio.
La movilización fue organizada por el Foro «Justicia para el padre, Pops», como Tentorio fue apodado, a la que se unieron más de 50 grupos entre asociaciones, organizaciones de la sociedad civil, congregaciones religiosas y grupos de «Justicia y Paz» de la diócesis. Una de las organizaciones que patrocina el foro es “Rural Missionaries of the Philippines”, un movimiento lanzado por la Asociación de Superiores Mayores de Filipinas, de la que el padre Fausto era un miembro.
El padre Tentorio estaba trabajando en el apostolado entre las tribus. Pero antes de embarcarse en un programa o proyecto, sondeaba el terreno para ver los posibles problemas con el personal local.

El hermano dijo: «Ha dedicado toda su vida al servicio de la alfabetización y el desarrollo de estos indígenas llamados lumads, especialmente en las tribus de Manobo. Son las poblaciones pobres y marginadas. Ha creado programas de educación, construido una red de agua para proporcionar agua potable a las aldeas y campos, ha puesto en marcha cursos de formación. De esta manera, dio su testimonio de amor cristiano y de servicio al prójimo, a los pobres».
Sor Julita Encarnación, de las Hermanas de la Asunción de María, una de las coordinadores del foro «Justicia para el padre Pops», dijo: «Padre Fausto no es la primera víctima. En los últimos meses han sido asesinados otros líderes tribales y de movimientos campesinos.
Exigimos justicia y transparencia para acabar con la impunidad de esos delitos. Nuestra investigación ha revelado que – de acuerdo a los testimonios recogidos – el ejército podría haber participado. Así que pedimos al gobierno de Aquino más compromiso, que abra una investigación exhaustiva para establecer la responsabilidad en el asesinato del padre Fausto.
En Mindanao, la gente está agitada y la movilización va a continuar. El sacrificio del padre Fausto nos fortalece. Nosotros confiamos en la gracia y la ayuda del Espíritu Santo».

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