Se inauguró en un acto presidido por el Obispo auxiliar de Madrid, Monseñor César Franco, en la Basílica de San Miguel. Se trata, según la nota hecha pública por la Oficina de Información de la Obra, «de uno de los primeros fieles del Opus Dei (1935), que dedicó su vida a la evangelización a través de esta institución», José María Hernández Garnica, sacerdote, ingeniero y uno de sus primeros colaboradores de San Jose María Escrivá. No es el único proceso, ya que también están en desarrollo los de Monseñor Alvaro del Portillo, cuyo caso de beatificación está ya muy avanzado, el proceso de los médicos Eduardo Ortiz de Landázuri y Ernesto Cofiño, del ingeniero suizo Toni Zweifel y el de la química Guadalupe Ortiz de Landázuri. El Presbítero José María Hernández Garnica, ingeniero de minas, doctor en Ciencias Naturales y en Teología, se ordenó sacerdote en 1944, junto a Monseñor Alvaro del Portillo y Don José Luis Múzquiz. Tras su ordenación, el fundador le encargó especialmente «el impulso de la labor apostólica del Opus Dei entre las mujeres, consciente del papel de la mujer en la sociedad y en la Iglesia». Desde 1957 fue enviado por el fundador a impulsar el desarrollo de la Obra en Inglaterra, Irlanda, Francia, Austria, Alemania, Suiza, Bélgica y Holanda. Falleció con fama de santidad el 7 de diciembre de 1972 en Barcelona. El postulador de su causa, José Carlos Martín de la Hoz, también de la Obra, aseguró que «el siervo de Dios tenía grandes talentos humanos que puso al servicio de la Iglesia y de todas las personas que lo trataron». Y añadió: «Su sencilla humildad y su extraordinaria sinceridad y franqueza hicieron que su personalidad fuera atractiva, aunque él se sintió siempre servidor de todos».

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