Egipto.- Un nuevo caso de persecución a los cristianos vuelve a poner en duda, una vez más, las bondades de la llamada primavera árabe. Estas revueltas en las que muchos tenían puestas sus esperanzas se están convirtiendo en una pesadilla para las minorías cristianas. Egipto y las masacres contras los coptos son un ejemplo claro de ello.

Este último caso supone un paso más en la gravedad de esta persecución al llegar ya a los colegios donde estudian juntos niños musulmanes y cristianos.

A mediados de octubre varios medios egipcios publicaron los disturbios entre estudiantes cristianos y musulmanes en los que un joven cristiano murió en la ciudad de Mallawi. Estas informaciones separaban el crimen de posibles disputas religiosas.

Sin embargo, la realidad se empeña en superar a la ficción y de nuevo puso de manifiesto la situación de los cristianos. La organización Coptos sin Fronteras reveló que el asesinato de este estudiante se produjo porque en clase llevaba un crucifijo, según informa la agencia AINA.

El activista Mark Ebeid aseguraba que «queríamos creernos la versión oficial porque la versión copta era una catástrofe, ya que llevaría a la persecución de los cristianos en las escuelas». Y es que en una entrevista los padres del estudiante de 17 años afirman que su hijo fue asesinado «porque se negó a quitarse el crucifijo». Al parecer el joven tenía una cruz tatuada en su muñeca, tal y como prevalece en la tradición copta, y además llevaba un crucifijo bajo su ropa.

En este sentido, los padres confirmaron la versión de varios alumnos que vieron en directo el asesinato. Ayman Nabil Labib estaba en clase cuando el profesor le exigió que cubriera la cruz tatuada en su muñeca. Pero el estudiante cristiano se negó e incluso mostró el crucifijo que llevaba bajo su camisa. 

Fue en ese momento cuando el mismo maestro se lanzó sobre él con la ayuda de otros estudiantes propinándole una brutal paliza en el aula y más tarde en los baños en los que el joven cristiano había intentado refugiarse de sus agresores musulmanes. Tras ser llevado al hospital falleció sin que los médicos pudieran hacer nada por su vida.

El padre de Ayman aseguró en la entrevista que «el profesor árabe incitó a los estudiantes a atacar a mi hijo» y responsabilizó también al director del centro, que en todo momento se desentendió de los incidentes. 

Mientras tanto, los medios evitaron informar sobre la posibilidad de que hubiese sido un brutal crimen con motivos religiosos.

Ser copto en Egipto
Decir copto en Egipto es sinónimo de discriminación. Así se sienten los millones de cristianos coptos que viven en este país y que son el diez por ciento de la población. Y todo ello pese a que representan la esencia del país  porque ya existían antes de la llegada del islam.

Esta iglesia evangelizada por el propio evangelista San Marcos en el siglo I ve día tras día cómo, salvo en contadas excepciones, su representación en el Gobierno es bastante escasa y son marginados a la hora de conseguir puestos en la Justicia, las universidades o la Policía.

Además, la legislación es totalmente restrictiva en la construcción de iglesias mientras que destaca la permisividad para poder edificar mezquitas. 

Todo ello fue haciendo mella en los coptos, que además fueron víctimas de numerosos ataques de grupos musulmanes gracias a la permisividad de las autoridades y del Ejército. Asesinatos, palizas y quemas de iglesias fueron aumentando a lo largo de los últimos años haciendo crecer un problema que se remonta a la invasión musulmana.

Aica.org

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