Comité Permanente del Episcopado chileno expresan su solidaridad y oración por la Iglesia en Nicaragua


La sentencia fue dada el viernes 10 de febrero por la tarde, hora local. La dictadura del país le acusa de organizar grupos violentos a través de medios de comunicación para desestabilizar el país.

Fueron 222 presos políticos los que abandonaban Nicaragua el jueves 9 de febrero tras una negociación entre el gobierno de la dictadura sandinista y el de los Estados Unidos. Entre esos presos no estaba el obispo Rolando Álvarez quien se rehusó a abandonar el país.

Ciertamente el obispo de Matagalpa, Nicaragua, no era el único no expatriado. 39 presos más no abandonaron el país de la dictadura del matrimonio que ejerce de presidente y vicepresidenta de la nación. Entre ellos también estaba el padre Leonardo Urbina o el padre Óscar Danilo Benavides. Este último fue sentenciado en los días previos a 10 años de cárcel por conspiración, propagación de noticias falsas y actos que van contra integridad nacional. Por conspiración contra el país también habían sido sentenciado los padres Ramiro Tijerino, rector de la Universidad Juan Pablo II, José Luis Díaz y Sadiel Eugarrios, primer y segundo vicario de la catedral de Matagalpa, y el padre Raúl Vega. Dos seminaristas y un camarógrafo son compañeros de sentencia.

Pero con el obispo Álvarez el gobierno sandinista se ha ensañado: además de retirarle la nacionalidad nicaragüense, le condenan a 26 años de cárcel tras su negativa a salir del país. La sentencia fue dada el viernes 10 de febrero por la tarde, hora local. La dictadura del país le acusa de organizar grupos violentos a través de medios de comunicación para desestabilizar el país.

El jueves 9 de febrero, tras conocer que no se iría del país, el dictador nicaragüense Ortega dijo en tv nacional: «El que no se quiso montar en el avión fue el personaje Álvarez. Estaba haciendo la fila y al llegar a las escaleras empieza a decir que él no se va, que primero tendría que hablar con los obispos. Una cosa absurda, la decisión era del Estado, él no lo podía cuestionar».

El Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile, a través de una declaración, ha manifestado su solidaridad y oración con la Iglesia en Nicaragua, dado que el viernes 10 febrero, el obispo de Matagalpa y administrador apostólico de Estelí, Monseñor Rolando Álvarez, fue condenado a 26 años de prisión, acusándolo de menoscabo de la integridad nacional del Estado y la sociedad nicaragüense, de propagación de noticias falsas, obstrucción de funciones agravadas y desacato a la autoridad.

Los obispos de Chile, miembros del Comité Permanente del Episcopado, consideran que esta condena es parte de un “procedimiento a todas luces injusto, arbitrario y desproporcionado contra el obispo Álvarez”, el que además “se suma a otras múltiples medidas aplicadas en los últimos meses contra fieles y organismos católicos: expulsión del Nuncio apostólico, expulsión de las religiosas Misioneras de la Caridad, destierro y encarcelamiento de sacerdotes, cierre de medios de comunicación. Todo esto en medio de diversas restricciones a las libertades civiles y políticas y el acallamiento de las voces disidentes del régimen, que se ha expresado el día de ayer en el destierro de más de 200 nicaragüenses de su país”.

Al finalizar su declaración, los obispos de Chile señalan: “lamentamos y rechazamos la situación que vive el obispo Álvarez y la Iglesia en Nicaragua, que atenta contra los derechos humanos, la dignidad esencial de la persona y la libertad religiosa. Manifestamos nuestra solidaridad especialmente con los afectados y con las diócesis de Matagalpa y Estelí. Pedimos al Señor que en todo nuestro continente seamos fieles en el anuncio del Evangelio y en el servicio a nuestros pueblos, mientras invitamos a toda la Iglesia en Chile a orar por la Iglesia y el pueblo nicaragüense”.


Fuente: ZENIT Noticias
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