(Agencias) Las últimas palabras pronunciadas por Juan Pablo II poco antes de morir, el pasado 2 de abril, fueron «dejadme ir a la casa del Padre», que pronunció con voz débil y en polaco, según se recoge en el próximo boletín oficial del Vaticano. El boletín, según se desveló ayer, incluye un dossier de 200 páginas en el que se explica con detalle los momentos finales de la vida de Karol Wojtyla, en especial los dos últimos meses, desde que fue ingresado en el policlínico Gemelli de Roma el 1 de febrero por problemas respiratorios, hasta que falleció. Fuentes del Vaticano precisaron que, a pesar de que el domingo de Resurrección impresionó a los fieles reunidos en la plaza de San Pedro al no poder hablar, y el miércoles siguiente (30 de marzo) apareció en un estado físico aún peor, los médicos esperaban todavía una recuperación que alargara su vida. Sin embargo, a primeras horas del jueves 31 de marzo, Juan Pablo II sufrió una infección en las vías urinarias que le acabó llevando a la muerte. El Pontífice estuvo consciente hasta las siete de la tarde del mismo día en que falleció, aunque ya desde esa mañana tuvo momentos de adormecimiento. A las ocho de la tarde, una hora y 37 minutos antes del fallecimiento, se ofició junto a su cama la santa Misa de la festividad de la Divina Misericordia, instituida por Karol Wojtyla para honrar el culto impulsado por la santa polaca Faustina Kowalska, de la que se consideraba discípulo. Durante la misa le fue administrado el Viático y el sacramento de la unción de los enfermos. La información aparecida en las actas coincide con la que facilitó a la prensa durante todos aquellos días por el portavoz vaticano, Joaquín Navarro Valls, que indicó entonces que el último pensamiento de Juan Pablo II antes de morir fue para los jóvenes de los diferentes países del mundo, a los que consideraba los centinelas del futuro y con los que se sentía uno más.

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