En esa noche los ángeles han cantado:
«Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que Dios ama» (Lc 2, 14).
Han anunciado el acontecimiento a los pastores como «una gran alegría, que lo será para todo el pueblo»
(Lc 2, 10).
Alegría, incluso estando lejos de casa, en la pobreza del pesebre, ante la indiferencia del pueblo y la hostilidad del poder.

No podemos negar que la angustia del mundo contemporáneo, que engendra tristeza y depresión, es causada por la obsesiva intención de edificar la casa sin el Señor. Entonces, el mundo aplasta al hombre adhiriéndole a su causa, en la cual su primer enemigo no es ya lo trascendente sino el mismo hombre. Sin embargo, ante todas las expectativas humanas, marcadas de pesar y desesperación, el prodigio del designio Divino inunda de su poder y gloria lo que antes era solo temor y debilidad.

La Encarnación del Verbo de Dios significa y es el cambio más radical de la agonía del corazón humano en el inicio de plenitud de felicidad eterna, por el Corazón de Dios.
Misterio de alegría a pesar de todo, porque «hoy os ha nacido, en la ciudad de David, un salvador» (Lc 2, 11).
De este mismo gozo participa la Iglesia, inundada hoy por la luz del Hijo de Dios: las tinieblas jamás podrán apagarla. Es la gloria del Verbo eterno, que, por amor, se ha hecho uno de los nuestros.

En esta Navidad, en la que resplandece el amor del Padre, que ha enviado al mundo a su Hijo unigénito, para darnos su propia vida (cf. 1 Jn 4, 8-9), amor del «Dios con nosotros», el Emmanuel, que ha venido a la tierra para morir en la Cruz…en el frío Portal, en medio del silencio, la Virgen Madre y el justo San José nos ofrecen el don de Dios, don que necesita nuestro pueblo y nuestra sociedad…

Ruego al Señor por usted, usuario de este humilde servicio, he imploro la bendición providente de Niño DIOS, para su familia y todos sus seres queridos. Y también encomiendo a sus oraciones al equipo voluntario de “padrepatricio.com”,  a todos los que nos colaboran económicamente y ha este sacerdote que espera  en la misericordia del Señor que el amor de la Sagrada Familia abunde en todos los hogares del mundo.

Feliz Navidad y prospero Año Nuevo

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