CIUDAD DEL VATICANO, 2 JUL 2004 (VIS).-Al final de su visita de tres días a Roma, el Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, se despidió ayer del Papa después de firmar una declaración común.Juan Pablo II invitó al patriarca a dar gracias a Dios por haber podido «mostrar a los fieles un signo vivo de fraternidad y de confirmar el propósito de progresar con decisión hacia la meta de la plena unidad entre católicos y ortodoxos. Hay una gran necesidad de estos signos de comunión, así como de palabras que los acompañen y los expliquen, como pretenden ser las que hemos escrito en una declaración común». «Otro acontecimiento importante de estos días -continuó- que supone un motivo de especial alegría para mí es haber tenido la oportunidad de conceder al patriarcado ecuménico el uso de la Iglesia de San Teodoro en el Palatino, en el centro de la Roma antigua. Los fieles de la archidiócesis greco-ortodoxa en Italia mantendrán así una presencia significativa y continua cerca de la tumba del Apóstol Pedro. Todo esto, lo sabemos, es un don de Dios. Es hermoso que los hermanos vivan juntos en este reconocimiento común». El Santo Padre dio las gracias a Su Santidad Bartolomé I y a los miembros de su séquito, y concluyó: «Con el recuerdo de estas jornadas de gracia y del encuentro de hoy, permanezcamos en comunión de oración y de caridad fraterna». AC/DESPEDIDA/BARTOLOMÉ I VIS 040702 (250)

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