Aunque el Vaticano quiere dejar pasar un tiempo para que sea una auténtica piedad y no una reacción meramente emocional, entidades oficiales como la Congregación para la Causa de los Santos considera abiertamente que una beatificación más rápida que lo normal, puede darse perfectamente, iniciandose incluso el proceso el próximo mes de octubre. El Arzobispo Edward Nowak, secretario de la referida institución, cree oportuna esta fecha, en la que los obispos del mundo católico se reunirán en Roma para celebrar un sínodo. «Podría ser una ocasión justa para realizar una proclamación», declaró Monseñor Nowak, convencido de que el nuevo Papa convertirá en santo al polaco «en un tiempo rápido», en reconocimiento a la «aclamación popular» que se escuchó durante sus funerales. «No es la Iglesia la que canoniza, -explicó Nowark-, es la que reconoce la santidad de una persona. No nos esperábamos lo que pasó el viernes, pero fue fantástico: recordó las aclamaciones de santos que tenían lugar en la antigüedad». Un grupo numeroso de cardenales suscribió una carta en la que solicita al futuro Pontífice la beatificación «en un tiempo breve» del fallecido Juan Pablo II, según señala el diario italiano Corriere della Sera. El periódico asegura que la misiva «ya está en manos del cardenal Joseph Ratzinger», el decano del Colegio Cardenalicio, después de haber sido firmada por «muchos, pero no todos» los purpurados. En la carta, siempre según el rotativo, piden al futuro Pontífice que «acelere» en la medida de los posible la beatificación de Juan Pablo II, después de que durante su funeral fuera aclamado con gritos de «santo ya» por la multitud. Debido a la documentación existente y los mismos y evidentes hechos, se facilita mucho un proceso, que en otras circunstancias , por la investigación y recopilación de datos que, generalmente exige personal, recursos y tiempo. Algo parecido a ocurrido con varios casos, del siglo XX, donde, por los medios vigentes, se han facilitado los procesos. Aunque con los años la Iglesia ha estructurado mejor los procesos de canonización, lo cierto es que Juan Pablo II demostró durante su pontificado los recursos hay que agotarlos para hacer más diligente la construcción del Reino. El Pontífice responsable de la mitad de las santificaciones de la historia del catolicismo reinterpretó de una manera muy flexible el calendario que establece que los procesos de beatificación no pueden abrirse hasta que transcurran cinco años desde la muerte del futuro beato.

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