Después de que esta semana el Gobierno estadounidense haya anunciado que la pena capital quedará abolida en el país para todos los condenados que hubiesen cometido sus crímenes antes de llegar a la mayoría de edad, han sido numerosas las reacciones que se han suscitado en Estados Unidos a este respecto. Según informaba ayer Zenit, la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos ha aplaudido la sentencia de la Corte Suprema de Justicia del país en un comunicado hecho público ayer. En él, la Conferencia Episcopal, que desde hace 25 años está haciendo llamamientos para acabar con la pena de muerte, “se siente muy alentada por el hecho de que la Corte Suprema haya reconocido el que ejecutar a menores es de hecho algo cruel”. El texto, firmado por el obispo presidente de la Comisión de Política Interior del episcopado estadounidense, monseñor Nicholas DiMarzio, considera que “esta sentencia confirma la posición mantenida por una corriente transversal de denominaciones religiosas, grupos de defensa de menores, y de organizaciones legales y médicas”. Según afirmó monseñor DiMarzio, “mientras seguimos trabajando por oponernos a todo uso de la pena capital por lo que hace contra la vida humana (…) nos alegramos al ver que la Corte Suprema ha confirmado que los criterios de decencia han evolucionado y que Estados Unidos se ha unido al resto del mundo al proscribir las ejecuciones de aquellos menores que cometen crímenes”. El Consejo de Europa se suma a esta satisfacción mediante una declaración institucional en la que destaca que, a partir de ahora, Estados Unidos deja solo a Somalia como único país donde se aplica la pena capital contra menores en su legislación.

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