Aniquilar la libertad auténtica con una falsa libertad antinatural  y subjetiva.

 


La mentira de la llamada indeterminación sexual, se ha ido utilizando a partir de la publicación de *Gender Trouble: Feminism and the Subversion of Identit*


 

Esta ideología constituye una grave amenaza social y moral para la familia, ya que sostiene que el vivir como hombre o mujer, mas que depender del sexo de cada uno, está determinado por lo que la cultura, de una época determinada, ha establecido como los comportamientos adecuados para hombres y mujeres. Por lo que, según esta ideología, exceptuando las diferencias anatómicas entre ambos sexos, hombres y mujeres son exactamente iguales. _Negando así, que tenemos la misma dignidad y derechos, pero que somos diferentes en la dimensión física, psicológica y espiritual, complementándonos mutuamente._  Con este planteamiento, se atacan las bases mismas de la sociedad, de la familia y de las relaciones interpersonales.

Los organismos más importantes de Occidente, han acogido esta ideología. Tristemente es así. En la actualidad esta ideología se ha impulsado desde la *ONU*, en instituciones como *UNICEF*, *UNESCO*, la *OMS*, entre otras, y en los *foros de la Unión Europea*, en cuyo parlamento se han elaborado documentos sobre la vida y la sexualidad, inspirándose en los esquemas de esta ideología. Para presionar su introducción en los diferentes países, muchas *veces condicionan la ayuda financiera* a la introducción de este tipo de leyes, como denuncia el Papa Francisco en Amoris Laetitia.  Además, los medios de comunicación se han cuidado de ampararla y difundirla sin tener en cuenta sus graves consecuencias.  

Desde diversas instancias del poder y desde algunas universidades, se ha intentado darle un rango científico a *la “ideología de género”, cuya plataforma de lanzamiento es el organismo de las Naciones Unidas*, el cual ha utilizado esta ideología como instrumento de reingeniería social, para *crear una nueva ética mundial, cuyo objetivo es el cambio en los valores de la población.* Desde los años 90, y especialmente desde la _IV Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre la Mujer_, realizada en 1995 en Pekín, está presente en todas las Agencias de esta institución.

En varios países occidentales ya se está legislando para su aplicación en los programas de enseñanza escolares (primaria y secundaria) y también en las universidades, especialmente en los centros estatales, contratando _“expertos” para ilustrar sobre la ideología de género_. Pero lo más intolerable es que *se pretende implantar de forma obligatoria en todas las instituciones docentes de cualquier rango*, ya que se ha determinado que los centros educativos son el lugar idóneo para enseñar esta nueva concepción de la sexualidad, lejos de los padres y la familia. *El objetivo de toda esto es que ya no se perciba ninguna diferencia entre lo masculino y lo femenino*, lo cual podría *provocar una crisis de identidad*, en niños y jóvenes.  

La ideóloga de género, *Alison Jagger, autora de diversos libros de texto utilizados en Universidades de EEUU*, afirma que _“La familia crea y apoya el sistema de clases sexo/género”._  *“La destrucción de la familia biológica permitirá la emergencia de mujeres y hombres nuevos, diferentes de cuantos han existido anteriormente”.*

Los llamados “expertos” en la ideología de género tratan de enseñar a niños y adolescentes, que las variantes sexuales son una de tantas formas de vivir la sexualidad.  Para ellos, *cualquier actividad sexual y cualquier tipo de unión resultaría justificable, ya que el deseo sexual se puede dirigir a cualquiera.*  Por ejemplo, para la comisión de los Derechos Humanos de Nueva York,  existen 31 tipos de identidad sexual diferentes.

 Existe la “Ley Natural”, la cual Dios escribió en el corazón de cada hombre para que fuera capaz de conocer lo que debía hacer y lo que debía evitar, por medio de la razón, sin necesidad de tener fe.  *Hay cosas que por su naturaleza son buenas o malas, y por tanto, estas últimas, son inaceptables, aunque tengan la aprobación de la mayoría.* Sin embargo, los promotores de la ideología de género no entienden la “ley natural”, a la que consideran como una realidad opresora, “fija e inmutable”, auspiciada por el cristianismo que, según ellos, promueve la sociedad patriarcal.  Por tanto, ven a la religión y a la familia, no como los promotores de la verdadera libertad de la persona, sino como los enemigos a vencer.

Esta ideología, considera que _el comportamiento masculino y femenino es debido a la influencia “biologista” de la sexualidad y de la cultura paternalista que supuestamente se ha impuesto a lo largo de la historia_, puesto que la identidad sexual, para esta ideología, depende de las tendencias que cada persona puede experimentar,  al margen de su sexo biológico, un patrón impuesto por una supuesta e hipotética “ley natural”, que ha encadenado la libertad expresiva de esta diversidad de tendencias.  *Para los promotores de esta ideología, el ser humano nace sexualmente neutral y luego es socializado en hombre o mujer*, por lo que el *fin deseado*, según Alison Jagger, es *que la humanidad regrese a su  “a su sexualidad polimorfamente perversa natural”*.

¿Pero, por ejemplo, no son suficientemente claras las radicales diferencias anatómicas y psicológicas entre el hombre y la mujer? Los proponentes de esta ideología, es obvio, que no pueden negar esta evidente realidad, no obstante, consideran, obsesionadamente,  que estas diferencias anatómicas, fisiológicas y psicológicas, no tienen porqué estar sujetas ni determinadas por la naturaleza masculina o femenina, sino por una *“libre afectividad” subjetiva enmarcada en las valoraciones según los usos y costumbres* culturales y sociales de cada época.  Por ello, consideran que se puede ser heterosexual, bisexual, transexual, homosexual, lesbiana, indiferenciado, entre otros y le enseñan a los niños, por ejemplo,  que se pueden vestir como niñas y vice-versa.  

 


*Aniquilar la libertad auténtica con una falsa libertad antinatural  y subjetiva.*


 

Los mentores de la ideología de Género, plantean que  hay que respetar la elección de cada cual, sea hombre o mujer, para pertenecer al tipo de «género» al que se sienta inclinado, pues todas las diferentes modalidades sexuales son igualmente válidas.

Es decir, pertenecer al grupo de los heterosexuales, homosexuales, lesbianas, bisexuales o transexuales, debe ser aceptado como una hecho, que es consecuencia de la libre elección de cada cual. Con esto comprobamos que esta ideología, extrapola el significado semántico de las palabras y el sentido de la misma naturaleza, derivado del hecho de concebir que la realidad de los “hechos”, como dicen, no depende de lo que “somos”, sino de lo que uno desea ser.

*La “ideología de género” considera, engañosamente, que la culpabilidad de la dualidad sexual entre hombre y mujer en el que se basa la familia natural, es un “constructo” social y cultural* derivado de la hegemonía del dominio masculino a lo largo de la historia, un dominio que constituye una de las superestructuras sustentada por la infraestructura de la “sociedad patriarcal”. 

 *Es evidente que su planteamiento utiliza un argumento inconsistente, valiéndose de las carencias ocasionales y no del bien real y valoración objetiva e histórica de la auténtica familia.*

La ideología de género insiste en desacreditar este concepto universal y genérico de “sociedad patriarcal” dicho sin más.

-Lo consiguen utilizando engañosamente la estrategia de insistir de que ser hombre o mujer no es una realidad inamovible, según establece la supuesta obsoleta “sociedad patriarcal”, sino que debe ser un factor intercambiable, puesto que ser una cosa u otra, no tiene por qué depender tanto de la anatomía corporal y biológica, sino del “rol” social que se quiera elegir (lo que se denomina como transexualidad) *Por ello, exigen el «derecho» a determinar la propia identidad sexual, que de por sí es “indeterminada”.*

 


 La ideología de género utiliza con frecuencia el término de “rol”.


 

-El término de rol o role, (término inglés) adquiere en las defensoras de la ideología de género un *carácter peyorativo, al significar el “papel” que las mujeres deben desempeñar en la nueva sociedad*, contrarrestando la imposición de negativos “roles” existentes en las estructuras patriarcales. *La maternidad, por ejemplo, sería uno de estos negativos roles, pues una mujer cuando tiene un hijo, “representa” por imposición el papel de madre*; pero, según la ideología de género, no es una madre.

Para esta ideología, la “total igualdad”, ya no sólo significa igualdad bajo la ley, ni igualdad en la dignidad de la naturaleza humana, sino más bien, que las mujeres -al igual que los hombres- ya no tendrán que dar a luz. Todo esto será posible mediante la “fecundación asistida” y otros procedimientos técnicos, que facilitarán la libre elección de gametos que también serán congelados para tiempos futuros, la guarda de esperma u óvulos anónimos, para ser utilizados libremente, sin sujeción alguna por cualquier tipo de parejas, ya sea del mismo o distinto sexo, y por supuesto, el derecho de reclamar el aborto sin limitaciones de ninguna clase.

Desde la óptica de la destructora “ideología de género”, *la naturaleza con sus leyes naturales, que experimentamos objetivamente, y con su persistencia entitativa y real, es algo que les estorba mucho*, y por tanto, hay que prescindir de estos términos y sumergirlos en el olvido. También promueve que hay que sumergir en el olvido la memoria sobre la dualidad de sexos, pues no deja de ser una memoria excluyente y ofensiva. Pero es indudable, que el término de “género» ha pasado en los últimos años a formar parte del vocabulario cotidiano, y la mayoría de las personas suelen identificarla erróneamente como sinónimo bien intencionado del término «sexo». Nada más lejos de su verdadero significado, porque precisamente la palabra «género» se ha impuesto en la fraseología feminista como negación de la existencia de «sexos» en el sentido tradicional de la expresión.

La mentira de la llamada indeterminación sexual, se ha ido utilizando a partir de la publicación de *Gender Trouble: Feminism and the Subversion of Identit* (El Problema del Género: el Feminismo y la Subversión de la Identidad) de la americana Judith Butler. Desde hace años, viene siendo utilizado como libro de texto en diversos programas de estudios sobre la feminidad. Al ser la sexualidad una construcción cultural, la autora considera que el género es independiente del sexo, en cuanto el género mismo expresa un artificio libre de ataduras.

La IV Conferencia Mundial de la ONU sobre la mujer, celebrada en Beijing en 1995. Varios delegados de distintos países fueron persuadidos por las activistas de la “teoría de género”, ya que estos delegados pensaban ingenuamente que se trataba de una lucha a favor de los derechos de la mujer. *Las activistas tuvieron la habilidad de distribuir unos textos con definiciones ambiguas sobre la sexualidad polimorfa*, evitando utilizar palabras como marido, mujer, esposa, madre, padre, etc., y resaltando, con *tonos victimistas* la persecución que, según ellas, padecen por parte de los sectores tradicionales desde remotos tiempos.

Es el caso de la canadiense *Rebecca J. Cook, redactora del informe oficial de la ONU* en la Cumbre, que *declaró sin ninguna inhibición*:  “*Los sexos ya no son dos sino cinco*, y por tanto no se debería hablar de hombre y mujer, sino de mujeres heterosexuales, mujeres homosexuales, hombres heterosexuales, hombres homosexuales y bisexuales», etc. Otra de las feministas asistentes, ya no dudó tirarse en caída libre diciendo: «No existe un hombre natural o una mujer natural, no hay conjunción de características o de una conducta exclusiva de un sólo sexo, ni siquiera en la vida psíquica».