Ciudad del Vaticano .- Antes de dirigir el domingo el rezo del ángelus en la Plaza de San Pedro ante miles de fieles, Juan Pablo II volvió a aludir al drama padecido por esos países asiáticos y a la conmoción con que se vive en todo el mundo. Afirmó que «la fe nos enseña que incluso en las pruebas más difíciles y dolorosas, como en las calamidades que han golpeado el sudeste asiático, Dios no nos abandona nunca». El Pontífice recordó el mandamiento de «amarnos los unos a los otros» y agregó que ese mensaje evangélico sustenta la esperanza de un mundo mejor. El pontífice ha hecho varias exhortaciones para que se preste asistencia a las víctimas de los maremotos que azotaron las costas del océano Indico. En la víspera de Año Nuevo, el Papa celebró una misa especial en su capilla privada para orar por las decenas de miles de personas que murieron en el desastre, al igual que por los sobrevivientes y los socorristas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *