Si nos acostumbramos a vivir con Ella, nos tratará como las madres a los niños mimados

DÍA  23

SEGUNDA SEMANA


CONOCIMIENTO DE MARÍA 


Los actos de amor, afectos piadosos hacia la Santísima Virgen, imitación de sus virtudes, especialmente su humildad profunda, su fe viva, su obediencia ciega, su continua oración mental, su mortificación en todas las cosas, su pureza incomparable, su caridad ardiente, su paciencia heroica, su dulzura angelical y su sabiduría divina: «siendo esto» como dice San Luis María Grignion de Montfort, «las diez virtudes principales de la Santísima Virgen». Tenemos que unimos a Jesús por María, ésta es la característica de nuestra devoción; por tanto, San Luis María Grignion de Montfort nos pide que nos empleemos a fondo para adquirir un conocimiento de la Santísima Virgen. María es nuestra soberana y nuestra medianera, nuestra Madre y nuestra Señora. Esforcémonos, pues, en conocer los efectos de esta realeza, de esta mediación, y de esta maternidad, así como las grandezas y prerrogativas que son los fundamentos o consecuencias de ello. Nuestra Santísima Madre también es perfecta – un molde en donde podemos ser moldeados para poder hacer nuestras sus intenciones y disposiciones. Esto no lo conseguiremos sin estudiar la vida interior de María, o sea, sus virtudes, sus sentimientos, sus acciones, su participación en los misterios de Jesucristo y su unión con Él. 

Oraciones vocales

Anotaciones

DÍA 23

Meditación breve:


MONTFORT: En qué consiste la perfecta consagración a Jesús por María Toda vez que nuestra perfección consiste en estar conformes, unidos y consagrados a Jesucristo, la más perfecta de todas las devociones es, sin duda alguna, la que nos conforma, une y consagra más perfectamente a este acabado modelo de toda santidad; y pues que María es entre todas las criaturas la más conforme a Jesucristo, es consiguiente que entre todas las devociones, la que consagra y conforma más un alma a Nuestro Señor, es la devoción a la Santísima Virgen, su Santa Madre, y cuanto más se consagre un alma a María, más se unirá con Jesucristo, y, he aquí por qué la perfecta consagración a Jesucristo no es otra cosa que una perfecta y entera consagración de sí mismo a la Santísima Virgen, y ésta es la devoción que yo enseño; o con otras palabras, una perfecta renovación de los votos y promesas del santo bautismo. Consiste, pues, esta devoción en entregarse enteramente a la Santísima Virgen para ser todo de Jesucristo por medio de María. Es menester entregar/e: primero, nuestro cuerpo con todos sus sentidos y sus miembros; segundo, nuestra alma con todas sus potencias; tercero, nuestros bienes exteriores, o sea nuestra fortuna presente y futura; cuarto, nuestros bienes interiores y espirituales, o sea nuestros méritos, nuestras virtudes y nuestras buenas obras pasadas, presentes y futuras; en una palabra: todo lo que tenemos en el orden de la naturaleza y en el orden de la gracia, y todo lo que lleguemos a tener en lo porvenir en el orden de la naturaleza, de la gracia y de la gloria, y esto sin reserva ninguna, ni de un céntimo, ni de un cabello, ni de la menor buena obra, y además por toda la eternidad, y sin pretender ni esperar ninguna otra recompensa de nuestra ofrenda y de nuestros servicios, que la honra de pertenecer a Jesucristo por María y en María, aun cuando esta amable Señora no fuere, como lo es siempre, la más liberal y reconocida de las criaturas. (Tratado de la Verdadera Devoción… núms. 120-121) 


PREGUNTATE: 

. A)  ¿TIENES EN CUENTA QUE SER ESCLAVO DE MARIA ES DEJARLO TODO POR SU AMOR, POR AMAR A JESUS EN ELLA? 

. B)  ¿ESTAS DISPUESTO A PERDERLO TODO POR ELLA? SI NO ES ASI ESTAS A TIEMPO DE ECHARTE ATRÁS… ¡NO TE ENGAÑES!

Meditación extendida:

Oficios maternales de la Santísima Virgen con sus hijos queridos

Composición de lugar. Vernos con Nuestra Señora, disfrutando de su amor, en la forma que más devoción nos diere.

Punto I. Los alimenta. “Les da de comer los manjares más exquisitos y regalados de la mesa de Dios; les da a comer el pan de vida, que Ella ha formado”. Mis queridos hijos (les dice bajo el nombre de la Sabiduría); llenaos de mis generaciones, es decir, de Jesús, fruto de vida, que traje al mundo para vosotros. Venid, les repite en otro lugar; comed mi pan, que es Jesús; bebed el vino de su amor, que os he mezclado con la leche de mis pechos. Como es Ella la tesorera y dispensadora de los dones y gracias del Altísimo, da de ellas una buena parte, y la mejor, para alimentar y mantener a sus hijos y siervos.”

Mostremos, pues, nuestro amor a tan buena Madre en recibir todos los días el pan del cielo de la Sagrada Comunión; y en estar dispuestos a todas las horas para recibir el alimento celestial de las gracias actuales, que Ella en abundancia nos distribuya. Si nos acostumbramos a vivir con Ella, nos tratará como las madres a los niños mimados que están siempre en su compañía, regalándonos con abundantes ilustraciones e inspiraciones, que de continuo alimenten nuestra alma.

P. II. Los guía. “María, que es la estrella del mar, conduce a sus fieles siervos a buen puerto, les muestra los caminos de la vida eterna, les hace evitar los pasos peligrosos, les lleva de la mano por los senderos de la justicia, los sostiene cuando van a caer, les levanta cuando han caído, les reprende como madre cariñosa cuando faltan y aun a veces amorosamente les castiga.”

¡Oh, cuántos caen por no asirse a Ella! ¡Cuántos se cansan en el camino del cielo como niños débiles y perezosos, por no tener madre que les lleve de la mano. No perdamos nunca por nosotros tan buena guía.

P. III. Los defiende y protege. “María, la buena Madre de los predestinados, les oculta bajo las alas de su protección, como la gallina a sus polluelos. Les llama, se baja a ellos, condesciende con sus debilidades, para librarlos del buitre y del gavilán; se pone alrededor de ellos y les acompaña como un ejército en orden de batalla. ¿Un hombre rodeado de un ejército bien ordenado de cien mil hombres podría temer a sus  enemigos? Pues un fiel siervo de María rodeado de su protección y de su poder imperial tiene aún menos por qué temer. Esta buena Madre y poderosa Princesa de los cielos despacharía batallones de millones de ángeles para socorrer a uno de sus siervos, antes que permitir se diga que un fiel siervo de María, que ha confiado en Ella, sucumba a la malicia, al número o a la fuerza de sus enemigos.”

Ahora sí que puedo decir: Si se plantan contra mi campamento no temerá mi corazón, si se levanta contra mí batalla en eso mismo esperaré. Una cosa sola pediré al Señor, y esa sola buscaré (para no tener nunca temor alguno), que todos los días de mi vida habite en la casa del Señor (que es María).

P. IV. “Intercede por ellos con su Santísimo Hijo, le aplaca con sus ruegos y les une a Él y les conserva unidos con muy íntima unión…” Espía las ocasiones favorables para hacerles bien, enriquecerles y engrandecerles. Como Ella ve claramente en Dios las buenas y malas fortunas, las bendiciones y maldiciones de Dios, dispone de lejos las cosas parea eximir de toda suerte de males a sus siervos y colmarles de toda suerte de bienes.

Ipsa procurat negotia nostra, dice un Santo. Examinemos nuestra vida pasada, y si hemos sido devotos de Nuestra Señora, ¡cuántas veces habremos visto intervenir en nuestros negocios su mano y su corazón de Madre! ¡De cuántos peligros nos ha librado su escapulario o su medalla! ¡Cuántos beneficios hemos recibido en los días de sus fiestas, o conseguido con nuestras novenas y devociones! ¡Cuántas veces Ella misma se ha adelantado a favorecernos cuando ni nos acordábamos de pedírselo nosotros!


Y ¿no espiaremos nosotros todas las ocasiones para servirla y hacer que la sirvan todos? ¿La Reina del Cielo procura mis negocios, y no he de procurar yo los suyos? ¿Qué he hecho hasta ahora por Ella? ¿Qué debo hacer?


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